La Industrialización de Chile

La mayor característica de los gobiernos radicales fue la implementación de una política desarrollista tendiente a industrializar al país mediante la estrategia de la sustitución de importaciones. De esta forma los nuevos gobiernos intentaron incentivar el crecimiento de la industria nacional y de generar nuevas fuentes de empleo, con el propósito de mejorar las condiciones de vida de la población chilena y de evitar que el descontento social fuera aprovechado por movimientos antisistémicos que pusieran en jaque el orden institucional, tal como ocurrió en la etapa conocida como Anarquía Chica.

En el año 1939, luego de que la zona centro sur del país fuera devastada por un gran terremoto, incluyendo la destrucción de la ciudad de Chillán, el gobierno de Pedro Aguirre Cerda instituyó la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), una organización de corte estatal que tenía como finalidad fundar las bases del desarrollo industrial del país, mediante la creación de varias empresas dependientes de CORFO, las que estaban orientadas a impactar en las actividades económicas consideradas básicas para lograr la meta de industrializar a Chile. Entre las empresas que se crearon bajo el contexto de la política de sustitución de importaciones se puede contar a la Empresa Nacional de Electricidad (Endesa), la Empresa Nacional de Petróleos (ENAP) y a la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP).

Como se puede notar al observar el tipo de empresas impulsadas por la CORFO, los sectores productivos más relevantes eran la industria energética y la producción de acero, puesto que estas dos actividades actuaban como catalizadoras de la economía al generar demanda de insumos y procesos productivos anexos que debían ser realizados por otras industrias.

Un ejemplo que se puede citar es el caso de la Empresa Nacional de Petróleos, ya que el combustible importado y el que se explotaba de los yacimientos de la zona de Magallanes, requería ser refinado; con ese objetivo de crearon dos refinerías que fueron las primeras en desarrollar la industria petroquímica en Chile; una de ellas es la Refinería de Petróleo de Concón, la que fue fundada en el año 1947.

Por otro lado, la Compañía de Aceros del Pacifico, a través de la producción de la usina de Huachipato (ubicada en el puerto de Talcahuano) disminuía la necesidad de importar acero y, además, fomentaba la minería del carbón y del hierro que se desarrollaba en la inmediaciones del mismo territorio (Arauco, Lota).

Por su parte, la Empresa Nacional de Electricidad mediante la construcción de embalses, represas y centrales hidroeléctricas dinamizaba la industria de la construcción, y de paso a la minería cuprífera con su demanda de cables de cobre para desplegar las redes de cables necesarias para conducir la energía eléctrica desde las centrales hasta las ciudades y las fábricas.

Todo el conjunto de iniciativas económicas emprendidas por la CORFO requerían de una gran cantidad de capital humano o personal calificado técnicamente, recurso con el cual nuestro país contaba en un número reducido, por lo que para hacer consecuente el esfuerzo industrializador era necesario realizar una inversión similar en el área de la educación, especialmente en el sector técnico profesional. Con este fin, en el año 1947, se crearon la Universidad Técnica del Estado y la Universidad Federico Santa María, las cuales tenían como misión formar profesionales especializados en labores productivas como las mencionadas más arriba.

Cabe señalar, además, que la educación era considerada por la administración de Aguirre Cerda como un área prioritaria para el crecimiento económico del país, tanto que el lema del gobierno de este presidente era “gobernar es educar”, por lo que durante este periodo se fundaron y construyeron miles de escuelas que ampliaron geométricamente la cobertura del sistema educacional chileno. En este mismo contexto, se promovió el desarrollo de la investigación científica por medio de la gestión de la Universidad de Chile, institución que bajo el liderazgo del rector Juvenal Hernández se convirtió en el principal referente cultural del país; este esfuerzo se consolidó con el establecimiento de los premios nacionales de Arte y Literatura.

La preocupación por el desarrollo industrial de la nación llevó a los gobiernos radicales a velar en varias oportunidades por el resguardo del patrimonio del país, y durante la administración de Gabriel González Videla, en el año 1952, el gobierno de Chile junto a los gobierno de Perú y Ecuador proclamaron la soberanía económica del espacio marítimo de un ancho de 200 millas desde la línea de costa, en lo que se conoce como la Declaración de Santiago. Anteriormente, bajo el gobierno de Aguirre Cerda en el año 1941, nuestro país definió los límites sobre los que Chile ejerce soberanía en el continente antártico.