La inflación en Chile

Uno de los principales indicadores de éxito o fracaso de la economía es el porcentaje de inflación. Durante buena parte del siglo XX Chile tuvo una permanente crisis económica considerando lo alto de la inflación.

La inflación, llamada también costo de la vida, o técnicamente índice de precios al consumidor; es la variación de precio que experimenta un producto, por ejemplo de una semana a otra. Esa variación normalmente está en relación a la oferta y demanda, es decir si un producto escasea subirá de precio, si por el contrario abunda bajará de precio. Pero también tiene relación con las políticas monetarias que el país establezca, por ejemplo si la tasa de interés bancaria sube, habrán menos compradores y los precios bajaran. Y también tiene relación con la emisión de dinero circulante, esto es la cantidad de billetes y monedas hechos cada semana. Si se hacen más de los necesarios, lo cual está en relación al crecimiento del producto, la abundancia de dinero hará que los precios suban. Si por el contrario si se fabrican menos billetes que el crecimiento económico no habrá manera de hacer el intercambio comercial, depreciando las cosas producidas (a esto se le llama inlfación negativa, algo bueno solo momentáneamente, pues a la larga la industria tendrá que vender bajo sus costos y quebrar). Las presiones inflacionistas están dadas por al escasez temporal de un producto, el aumento del gasto social y los aumentos salariales respaldados solo por la emisión excesiva de circulante.

La inflación en los años 30

Durante los años 30, cuando gobierna Arturo Alessandri, la inflación chilena estuvo entre -2% y el 12% (de acuerdo al cálculo hecho por el INE); lo cual significa que los precios se mantuvieron relativamente estables, las personas podían ahorrar, y cada aumento de sueldos realmente se traducía en un mayor poder adquisitivo (la cantidad de cosas que podemos comprar). Sin embargo, el país dependía de las exportaciones mineras, las cuales, por reciente experiencia, tienen ciclos buenos y malos, y en los malos la cesantía puede llegar a niveles por sobre el 30%. Había que cambiar el modelo exportador de materias primas por uno que reemplazara las importaciones a través de la industrialización, lo que fue conocido como ISI.

La inflación en 1941

Durante los dos primeros años del gobierno del Frente Popular la inflación se mantuvo por debajo del 10%, pero una vez que se comenzaron a desarrollar los nuevos proyectos sociales en educación, más los gastos en reconstrucción por el terremoto de 1939, y el desarrollo de la industrialización, las presiones inflacionistas fueron demasiadas provocando que en 1941 la inflación llegara a 23% y al año siguiente a 26%. Todo aumento salarial de, por ejemplo, 10% significaba que el poder adquisitivo disminuía en un 15%. La economía se mide en cifras, pero en lo que se observa en la realidad, es que el país estaba haciendo una gran inversión para después disfrutar de ella. Estos cambios incluían una mayor cobertura en la educación y el fin de la dependencia de las exportaciones, produciéndose dentro de Chile lo que se necesitase. De todas maneras se hicieron esfuerzos para reducir la inflación, y no fue hasta 1946 que no se volvió a tener una inflación tan alta (30%).

Crisis inflacionaria de 1955

En 1952 mientras gobierna Carlos Ibáñez, todas las presiones inflacionarias se dieron juntas. El Estado creo nuevas instituciones, y el modelo ISI estaba en su mejor momento de desarrollo. La inflación se descontroló, hubo en  1953 un 56%, en 1954 un 71% y en 1955 un 84%. La crisis económica era muy grave, pero por mucha gente no era percibida dado el gran gasto social que había. Se contrató a una consultora internacional, la Misión Klein-Saks, la diagnosticó que todo el país quería la mayor tajada de un gasto fiscal que no podía ser compensado con el nivel de producción. Se decidió terminar con la emisión excesiva de dinero, se congelaron sueldos y se redujo el gasto social. La inflación bajó a 17% en el año 1957.  En los años siguientes se mantuvo en un 33%, pero en 1960, cuando gobierna Jorge Alessandri se logró reducir a un 6%. Durante los siguientes 10 años la inflación se mantuvo en un promedio de un 30%, con un muy elevado gasto social, que favorecía sobre todo la clase pobre de Chile. La clase media vive la desesperación de la pérdida de poder adquisitivo.

La hiperinflación de 1973 y el control inflacionario de 1999.

En los últimos años del gobierno de Salvador Allende y los primeros de Augusto Pinochet, la inflación estuvo en promedio por sobre el 300%, siendo el peor año 1973 con un 508% de inflación. Esa crisis económica, llamada hiperinflación, llevó a un cambio en el modelo económico, que reduciendo el gasto fiscal, estimulando las exportaciones y controlando la emisión, logra que el gobierno militar tenga entre 1977 y 1989 un promedio de inflación de 24%. Durante los gobiernos de la Concertación, 1990 a 2010, la inflación logró ser reducida a menos de 10% anual, siendo el mejor año 1999 con 2,3%. Esto se debe en gran medida a la decisión de convertir al Banco Central en un órgano autónomo del gobierno, decidiento solo bajo criterios técnicos la emisión de circulante, y al gasto social de acuerdo a los ingresos del país.