La Sociedad durante la República Autoritaria

La estructura de la sociedad chilena mantuvo las mismas características que adquirió durante la Colonia, por lo que la aristocracia conservó su papel de principal actor social por encima de la mayor parte de la población compuesta por mestizos e indígenas, y una mínima proporción de población negra.

Este grupo, relacionado tradicionalmente con la propiedad de la tierra, aglutinaba el poder político y económico, y sus miembros se dividían ideológicamente entre conservadores y liberales. Como acabamos de señalar, la riqueza de la clase dominante se sustentaba en las explotaciones agrícolas y mineras, lo que les permitía gozar de grandes lujos e, incluso, acostumbraban a educar a sus hijos en colegios europeos, principalmente franceses.

A la aristocracia terrateniente se le fueron sumando en forma gradual elementos provenientes del grupo de los comerciantes exitosos, los que ayudaron a consolidar el poder económico de la oligarquía. Este sector poseía un gran interés por las cuestiones nobiliarias, como por ejemplo los mayorazgos, lo que se sumaba a un marcado sentido religioso que originó que la mayor parte de sus miembros fueran de carácter extremamente conservador.

El sector más numeroso de la población lo constituían los sectores formados por mestizos, indígenas y negros, los que se ocupaban en labores de corte agrícola, minero o artesanal. Los miembros del denominado “bajo pueblo”, debido al sentido oligárquico de la sociedad chilena, no contaban con acceso a los cargos de representación política.

En este periodo comenzó a aparecer un grupo social conformado por profesionales, los que debido a su educación se diferenciaron de los dos grupos que analizamos en primera instancia. Este sector medio, a pesar de estar impedidos de accedes al poder, poco a poco fue ganando influencia en la sociedad chilena del siglo XIX.

Otro rasgo esencial de la sociedad chilena durante la etapa de la República Autoritaria fue la llegada de un gran contingente de inmigrantes, en especial en la mitad del siglo XIX. La principal razón de este movimiento migratorio fue la necesidad de poblar grandes zonas del territorio nacional que debía ser ocupado en forma efectiva, por lo que el gobierno chileno adoptó la estrategia de fomentar el poblamiento del sur del país mediante la promulgación de un conjunto de leyes que favorecían la colonización.

En el año 1845 se dictó la primera ley que disponía la llegada de los colonos, y al año siguiente se establecieron en las cercanías de Osorno un grupo de colonos alemanes; cabe señalar que los principales gestores de la colonización del sur de Chile fueron Bernardo Philippi y el escritor Vicente Pérez Rosales. En los comienzos de la década de 1850 arribó una nueva oleada de colonos alemanes que se dirigió hacia la zona de Valdivia y la cuenca del Lago Llanquihue.