Las protestas contra Frei

La prometida revolución en libertad estaba desgastada a finales del gobierno de Frei. Las medidas prometidas se habían tomado, pero eran insuficientes según algunos sectores de la sociedad. Las protestas fueron duramente reprimidas.

El gobierno de Eduardo Frei tenía un proyecto claramente a favor de los trabajadores. Superación a través de la educación, la reforma agraria y la organización social. Sin embargo, el gobierno es visto con cuidado por los obreros, que tienen la influencia de la izquierda socialista y comunista, mucho más revolucionaria que el gobierno de la Democracia Cristiana. Los sueldos subieron, pero la cantidad de huelgas aumentaron. El punto de ruptura fue el ahorro forzoso, el cual consistía en colocar el aumento de salario (un 5% anual) en un fondo de inversiones. Además, renunciaban a su derecho a huelga por un año. El plan fue rechazado por la Central Única de Trabajadores (CUT), la cual organizó una huelga general. En medio de las manifestaciones, mueren cuatro trabajadores y un niño, a causa de las balas de carabineros.

A finales del gobierno de Frei había un descontrol de la economía. Las reformas se habían hecho pero no se visualizaban grandes cambios en corto plazo ( a largo plazo fueron enormes). Los sindicatos eran en muchos casos liderados por gente de izquierda, que consideraban que un verdadero cambio solo se lograría con la eliminación del modelo capitalista, y no con la mejor adaptación a la realidad chilena que Frei intentaba hacer.

Los principales conflictos y hechos de violencia fueron:

Conflicto y muerte de mineros

La huelga de octubre de 1966 realizada por los mineros de las entonces empresas extranjeras de Sewell, El Salvador, Potrerillos y Chuquicamata; fue considerada por el gobierno de Eduardo Frei como un ataque de sus enemigos: la izquierda política. El paro tenía por objetivo mejores sueldos. El gobierno de Frei Montalva la declaró «huelga ilegal». Los mineros se enfrentaron en primer término a los contratados «rompe-huelgas». Luego la violencia escaló a enfrentamientos contra carabineros. El gobierno declaró «zona de emergencia» en los departamentos en que se encontraban las mineras. Esto significó que los militares debían restablecer el orden. A los detenidos se les aplicó la Ley de Seguridad Interior del Estado. El gobierno llegó a un acuerdo con los mineros, con la promesa de terminar con los procesos legales. Esto no fue cumplido por el gobierno, por lo tanto la situación se complicó aún más. Allanamientos en los campamentos, gente expulsada y lo orden de volver a trabajar fue lo ordenado por el ejército, que era mandado por el gobierno de Frei. Se ordena el dasalojo del sindicato de la minera El Salvador. En el operativo mueren 8 personas y 60 son heridas a bala.

Conflicto y muerte de pobladores

En marzo de 1969 los problemas habitacionales de Puerto Montt llevaron a decenas de pobladores a instalarse en un sitio llamado Pampa Irigoin. Un diputado socialista que los apoyaba, Luis Espinoza, fue acusado por la Ley de Seguridad Interior del Estado, y puesto a disposición de tribunales de Valdivia. Por orden del Ministro del Interior Edmundo Pérez Zujuvic unos 250 carabineros concurrieron a desalojar Pampa Irigoin. Se produjo un enfrentamiento durísimo entre ocupantes y carabineros, en que mueren 11 pobladores. El hecho repercutió en todo el país. La familia dueña del sitio había autorizado la presencia de los pobladores. El partido comunista organizó una masiva protesta en Santiago, en que se planteó el derecho legítimo a exigir un lugar donde vivir. Las juventudes del partido de gobierno, Democracia Cristiana, rompiendo con Frei, le acusaron de hacer un acto represivo y tener una política cada vez más alejada del pueblo.

La violencia contra el gobierno

La protesta más violenta contra el gobierno de Eduardo Frei fue hecha por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el cual en 1967 inició sus acciones colocando pequeñas bombas en las manifestaciones a favor del gobierno de Frei. También desafió a la autoridad al secuestrar un carabinero de servicio en Concepción. Para reunir fondos el MIR asaltó unos 40 bancos, en el lapso de dos años. Se dijo que estaban organizando una escuela de guerrilla, pero nunca se demostró algo así.