Reforma educacional de 1965

El gobierno de Frei Montalva organiza una reforma educacional con las ideas de aumentar la cobertura escolar y modernizar los contenidos y métodos de enseñanza.

Desde que asumió Eduardo Frei Montalva como Presidente, en noviembre de 1964, la preocupación por la educación fue primordial. Lo primero fue cuantificar el problema, detectándose que hacían falta 200 mil nuevas matrículas cada año. Para ello se construyeron 515 mil metros cuadrados de nuevas escuelas. La necesidad de más profesores tuvo una solución que hasta el día de hoy es cuestionada duramente: se hizo un curso especial para la formación de profesores, formándose en menos de un año 2668 nuevos docentes. Ellos junto a los egresados de las escuelas normales, pedagógico y maestros jubilados reincorporados, dio por resultado que durante el año 1965 se incorporaron 5 mil nuevos profesores fiscales. Se imprimieron más textos escolares, lo que sumado a los complementos alimenticios dieron una base adecuada para la gran reforma educacional que se impulsaría a fines de 1965.

Los fundamentos de la reforma

Al presentar al país la reforma educacional el Presidente Eduardo Frei Montalva dijo que era para «abrir el camino de una auténtica e histórica transformación social». Más allá de estas palabras en concreto se estableció el 7 de diciembre de 1965 un curriculum escolar basado en el desarrollo integral del niño. Esto incluye capacitarlo para el trabajo. Además, se fija entre los 7 y 15 años edad el período obligatorio de estudios, en este caso básicos, pero se motivará la enseñanza preescolar y la continuación de estudios medios y superiores (los cuales no serán obligatorios). Se medirá al final del proceso las habilidades verbales y matemáticas desarrolladas. Extrañamente a la mirada actual, el Decreto de la Reforma dice que se deberá orientar al niño entre el integrarse inmediatamente al mundo laboral (una vez terminada su educación obligatoria) a los 15 años, o continuar estudios superiores.

De acuerdo al entonces Ministro de Educación Juan Gómez Millas: » El niño debe ser conducido a adquirir experiencias personales que le muestren que existen aspectos desconocidos en la ciencia y la técnica; que para remover esos velos se necesita trabajo intelectual y voluntad, y que el descubrimiento de ideas, relaciones o comportamientos es algo que exalta la personalidad, que estimula la vida y concede provechosos resultados al individuo, a la comunidad a que pertenece, y a la humanidad». Esto entendido en la práctica como un reemplazo de la antigua educación informativa por una educación formativa.

Los éxitos de la reforma

Esta reforma fue materialmente exitosa. Se construyeron 2500 escuelas. La antigua educación primaria de 6 años fue cambiada a 8 años y ahora con el nombre de «básica». La secundaria que era conocida como «humanidades» y duraba seis años, fue reducida a cuatro y con el nombre de «media». Las matrículas aumentaron y la deserción escolar disminuyó. Se entregaron almuerzos y desayunos para la mayoría de los niños. Por otra parte se establecieron cursos de perfeccionamiento para los profesores, potenciando un organismo, el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas; el cual debió buscar nuevos caminos para la enseñanza de las matemáticas y en un plano muy diferente crear los primeros textos de educación sexual.

Las universidades

En lo referido a la educación superior, desde 1967 se aplicó la Prueba de Aptitud Académica (PAA)  para ingresar a las universidades chilenas (que en ese tiempo eran solo ocho). Sin embargo, un fuerte movimiento estudiantil universitario tomaría el liderazgo en las reformas de este nivel educacional. Los cambios incluyeron la participación de los estudiantes en las decisiones de sus universidades, y cambios curriculares importantes.