La iglesia colombiana en la colonia

La iglesia es una de las instituciones más poderosas de la época colonial americana. Te invitamos a conocer su influencia y sus principales características en la época colonial colombiana.

El rol de la  Iglesia Católica en la epoca colonial colombiana

La vida social durante la colonia estaba regida por la Corona, peor particularmente por la Iglesia Católica. Ésta dio la pauta de la cultura, la moral y las creencias que marcaran la forma que adquirirá la sociedad colombiana y americana.
La iglesia es un factor preponderante para comprender la Colonia y la cultura, pues su quehacer influyó en todos los campos de la vida individual y social, debido a su dominio sobre la sociedad civil a través de la educación y de la evangelización de indígenas a través de las misiones. Éstas eran asentamientos o colonias ubicados en regiones salvajes, no conquistadas aún, donde los religiosos se establecían para implementar el catolicismo y llevar el cristianismo a indígenas. A su vez la idea era educarlos en el evangelio. En ellas se les enseñaba a los indígenas música, un oficio y se trabajaba comunitariamente.

La Iglesia y la sociedad civil

Por lo que la Iglesia católica fue la forjadora de una sociedad fuertemente cristiana. Su poder era tal que podía influir en el ámbito público y privado; el nacimiento, los matrimonios, la familia, la comunión, la extremaunción, la confirmación, los días de fiesta. Todo estaba definido por las creencias y costumbres que la Iglesia católica lograba difundir. Cada pueblo o ciudad necesariamente tenía una iglesia o capilla, la cual con el sonar de sus campanas, marcaba las horas del día, definiendo los tiempos del quehacer diario en un momento donde el reloj no era masivo. Por lo tanto, la hora y el tiempo de la vida de las personas durante la colonia, estaba marcado por las campanas de la iglesia católica y sus misas recordándoles a sus fieles sus obligaciones espirituales.

Evangelización de los indígenas

Con el afán cristianizar y evangelizar a los indígenas, durante el siglo XVI, llegaron importantes órdenes religiosas que recorrieron el territorio colombiano y americano fundando iglesias y misiones. Esta evangelización fue hecha en un comienzo por los Franciscanos, los Agustinos y los Dominicos. Tras el concilio de Trento llegan a América los jesuitas, que fueron la orden religiosa que abogo de manera más enérgica por las condiciones de vida de los indígenas ante la Corona española, denunciando los abusos que los encomenderos sostenían sobre ellos. Los jesuitas deseaban desarrollar las comunidades indígenas, y a diferencia de los otros, estos no utilizaron la fuerza para dominarlos. El trabajo se hacía colectivamente lo que produjo un gran rendimiento y calidad de las misiones en que estos trabajaban. Algunos historiadores plantean que “la labor de los jesuitas se convirtió en el primer intento americano de capacitar a los aborígenes para que pudieran competir en igualdad de condiciones con los europeos.” Pues la relación que construyeron con los indígenas consentía un perfecto sincretismo cultural con los pueblos originarios ya que dejaban que los indígenas siguieran con sus formas ancestrales de organización social y ellos a su vez les enseñaban oficios o el arte europeo. Esta fue una de las causas del porque su expulsión en 1767.
Es importante entender que los misioneros que llegaban a América, y según a la orden a la que pertenecieran, eran el trato que mantenían con los aborígenes. Por otro lado, gran parte de lo que conocemos sobre los indígenas es por lo que escribieron los misioneros .

Iglesia y educación

Respecto de la educación es importante destacar que En 1592 se creó el colegio de San Bartolomé, el más antiguo del país, en 1623 se crea la universidad Javeriana por los jesuitas, en 1639 la Universidad Tomasina a cargo de los dominicos y otros colegios más en distintos centros urbanos a cargo de la iglesia. Lo que se enseñaba en las escuelas era arte, filosofía y teología moral, una educación permeada por la escolástica medieval.
Finalmente, y pese a la labor de los jesuitas, la labor de la iglesia en términos generales fue legitimar ideológicamente el proceso de conquista y la colonización por parte de los españoles. Una institución que creció ostentosamente a través de sus files y las riquezas que se acrecentaron a través de los diezmos y herencias que les eran donadas.