Los Griegos en Levante

La península ibérica tuvo entre sus habitantes a los griegos. Ellos se asentaron en el Levante.

Tan importantes fueron los antiguos griegos en Iberia, que son ellos quienes le pusieron ese nombre a la península. La denominación proviene del río Iber, que sería el actual Ebro. Son los mismos griegos quienes cuentan su historia: Heródoto de Halicarnaso relata el primer viaje a Iberia desde la isla griega de Samos, dice que iban a Egipto, pero el viento de Levante los desvió rumbo a las columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar), llegando a Tartessos, donde había  mineral de plata. Esta riqueza atrajo a Iberia, entre otros, a los griegos.

Al principio los griegos solo desembarcaban, dejaban cosas valiosas y las cambiaban por metales. Solo eso era inicialmente su presencia en Iberia. Posteriormente, de acuerdo a Heródoto de Halicarnaso, los griegos pactan con la población local el establecimiento de un «emporio». Los barcos griegos son llamados «trirreme»; son pequeños, de madera, la fuerza motriz son los brazos de los remeros, aunque una vela apoya el esfuerzo.

En el siglo VIII a.C. las sobrepobladas polis griegas iniciaron un proceso de colonización, que se clasifica en dos tipos: la fundación de nuevas ciudades, y la creación de enclaves comerciales, conocidos como «emporios».

Competencia con los fenicios

Es lógico pensar en una fuerte competencia comercial entre griegos y fenicios por las rutas comerciales, y las riquezas de Iberia; sin embargo hay que contextualizar con la época: es un espacio muy grande, navegado por unas pocas embarcaciones y unos escasos lugares para hacer comercio. Lo más probable es que compartieran espacios de intercambio, las rutas de navegación y, aunque esto último es más improbable, las mismas naves. En Onuba, actual Huelva, hay restos arqueológicos de asentamientos fenicios y griegos, lo que demostraría el uso compartido, aunque en este caso corresponde a diferentes épocas.

En cierto modo, fenicios y griegos se reparten el comercio de la península; los fenicios desde Gadir en el Atlántico, y los griegos desde Emporión en el Levante. A principios del siglo IV a.C. se funda Rhodes, muy cerca de Emporión, al parecer para controlar todo el acceso a la bahía. Algunos sostienen que fue gente de Marsella quienes lo crearon para vencer la competencia de Emporión.

Emporión

En la actual Ampurias, en el extremo oriental de la península Ibérica, se fundó el 575 a.C. un enclave comercial griego. En la parte más antigua, conocida como Palaiápolis, se establecieron los colonos griegos provenientes de Focea. Ellos adoraban a la diosa Artemisa. Al crecer la ciudad dado su éxito comercial, parte de la población fundó la llamada neápolis. Originalmente la ciudad era una simple escala para obtener agua del río Fluviá. Los Iberos entregaron todo lo que pudieron en metales, para obtener a cambio lo más preciado de los griegos: el vino. En el 546 a.C. los Focios debieron huir de su polis original, y luego de un peregrinar por Córcega, llegaron a su colonia en Iberia, convirtiéndola en una verdadera ciudad, a la cual todos conocen como Emporión. En ese periodo hubo un centro urbano típico griego, con la plaza o ágora, un pasillo de columnas y un mercado. El espacio ocupa 52 por 40 metros. Los griegos navegaban obteniendo materias primas como cereales, sal y lino, y manufacturas como vino y aceite.  Todo esto lo intercambiaban por minerales, que convertidas a su vez en manufacturas daban grandes ganancias. Emporión tuvo en circulación monedas, hechas de plata, con un diseño al parecer originado en Marsella.

Otras colonias griegas

Además de los lugares ya mencionados, solo tenemos evidencias arqueológicas de la existencia de colonias griegas en Málaga y en Santa Pola. De acuerdo a las narraciones griegas en toda la costa Mediterránea de Iberia había al menos unas diez colonias comerciales. Las evidencias en Emporión son claras: hay restos de edificios, monedas, vasijas, joyas, etc. Quizás otras colonias comercializaban cosas que dejan menos rastros, por ejemplo, alimentos. Tales podrían ser los casos de Chersonessus, Lebedontía, Callipolis, Hemoroskopeion, Alonis y Alicante.