Gabriela Mistral: Chile y la infancia en su poesía

Representación de los paisajes de Chile y de la infancia en la obra de Gabriela Mistral

Gabriela Mistral no fue – como se dice popularmente – profeta en su tierra y esto se debe a que los reconocimientos hacia una mujer en la primera mitad del siglo XX eran escasos porque no era propio que una mujer se dedicara a actividades intelectuales y poéticas. Gabriela Mistral no sólo rompió con esa idea, sino que además demostró una preocupación por un sector relegado por la sociedad civil: los niños y las  niñas de Chile. Te invitamos a conocer más sobre la primera poeta y escritora en ganar el premio nobel de Literatura en Latinoamérica.

Su vida

Gabriela Mistral nace el año 1889 en Vicuña, ciudad de la región de Coquimbo en el Norte de Chile. Su lugar de origen no es un dato menos, pues el paisaje de su infancia la marcará por el resto de su vida al punto de desarrollar una reflexión poética sobre el paisaje. Llegara a decir que la patria «es el paisaje de la infancia» y todo lo demás es insignificante a su lado. En este sentido, la vida de Mistral estará marcada por su relación con la tierra y el paisaje, lo que no es menor considerando que durante su vida en Chile no se reconoció su labor tanto como profesora, intelectual, poeta, ni su compromiso político. Un ejemplo ilustrador en este sentido tiene relación con la invitación que le hizo José Vasconcellos – encargado de realizar la reforma educacional en México- para que Gabriela Mistral cooperara con la República mexicana y aportara en la reforma de dicho país. Por el contrario, en Chile nunca se le pidió a la poeta que contribuyera en la legislación de la educación de los niños de Chile, a pesar de que internacionalmente se reconocía su competencia como profesora e intelectual. Será sólo con la llegada de Pedro Aguirre Cerda quien al llegar a la presidencia promovió activamente su candidatura al premio nobel de literatura, el cual recibió el año 1945 convirtiéndose en la primera persona en recibirlo en toda Iberoamérica (España y Latinoamérica), terminando de coronar una larga historia de reconocimiento internacional e indiferencia sobre su labor en sus propias tierras. Las razones de esta desidia puede explicarse por su condición de mujer en un país regido por un fuerte machismo característica de una sociedad patriarcal como lo era el Chile de esos años. Hoy hemos avanzado en la igualdad de género, pero aún queda camino por recorrer y Mistral es un buen referente para recordar la importancia de que hombres y mujeres puedan mirarse a la cara respetando sus diferencias.

Mistral fallece en Nueva York, ciudad que la acogió los últimos años de su vida.

El paisaje de la infancia en la poesía mistraliana

Si había una preocupación central en la vida de Mistral, ésta era la infancia. Son tal vez las niñas y los niños chilenos los que evitaron que ella renunciara definitivamente a su apego por Chile y esto se nota en sus poemas. La ternura como un requisito de la belleza y la dignidad de la vida será un tema constante en su escritura, llegando a titular uno de sus libros como «Ternura». En esos poemas se mezcla la pena, la alegría y la sorpresa ante el mundo con la sencillez propia del mundo de la niñez cuyo efecto más propio es, de hecho, el enternecerse. La ternura es entonces la mezcla entre la pena y la alegría, un sentimiento contradictorio porque los niños pueden permitirse el ser frágiles y fuerte a la vez. Por eso no es casual que Mistral vea en la infancia el verdadero potencial de la patria, su esperanza.

En el marco de movimiento modernista, del cual se considera a Mistral como una de sus representantes, la poeta chilena logró instalar a los sujetos marginados socialmente en toda su fortaleza y entrega, estos son, los niños y las mujeres. Para Mistral un país no se construye sólo con la fuerza de la virilidad, sino también y sobre todo con la honesta fragilidad de los niños y las mujeres, porque asumir lo frágil que se es, te hace más fuerte.

Te recomendamos que conozcas la obra de esta gran poeta a través de sus libros infantiles: «Poema de Chile», «Ternura» y sus rondas infantiles.