La narrativa naturalista

Rasgos más importantes del naturalismo y la introducción del feísmo como categoría estética.

El naturalismo fue una corriente propia del siglo XIX, siglo marcado por las ideas positivistas, el progreso económico y científico, pero también por la miseria de los trabajadores producto de la revolución industrial y de los movimientos migratorios del campo a la ciudad. El cruce de estos factores sumado al desarrollo del realismo literario que intentaba representar la realidad con la pretensión de objetividad dio fruto al naturalismo. Te invitamos a conocer las causas de su desarrollo, sus principales rasgos y los autores que lo cultivaron en nuestro continente americano.

Contexto histórico y antecedentes del naturalismo

Producto de las nuevas ideas científicas del siglo XIX, especialmente la teoría de la evolución de Darwin, se comenzó a pensar a la propia sociedad como un organismo en evolución bajo el criterio de la «Ley de selección natural», que consistía en la elección de la sobrevivencia del individuo más apto para la conservación de la especie. En este sentido, las clases sociales eran observadas desde el «determinismo social», esto es, el medio en el que se nacía establecía las condiciones en las que un individuo podía vivir, por lo que si se nacía pobre, se moría pobre y lo mismo sucedía si se era rico. Estas consideraciones emergen en el contexto de una sociedad en pleno desarrollo de la revolución industrial en Europa, por lo que escritores naturalistas franceses como Émile Zola abordaron esta situación desde una perspectiva crítica en tanto los proletarios u obreros urbanos vivían en situaciones precarias y de extrema miseria, tema especialmente sensible si consideramos que incluso los niños eran obligados a trabajar jornadas de hasta 18 horas diarias, expuestos a accidentes laborales que podían mutilar sus extremidades a cambio de salarios miserables que alcanzaban apenas para alimentarse.
La narrativa naturalista europea representará la vida de los obreros industriales de manera objetiva, es decir, intentando hacer una fotografía lo más fiel a la realidad posible, al punto que el narrador desaparece y lo que queda es un ojo que sólo observa la realidad, la cual habla por sí misma, sin necesidad de recalcar la miseria en la que se vive. De este modo, los escritores naturalistas se convierten en una suerte de «médico de la sociedad» o un científico que desde la objetividad máxima diagnostica los males que afectan a las sociedades modernas.

El naturalismo en América Latina

Si bien el naturalismo se desarrolló a partir de los modelos literarios europeos (especialmente de Francia), tuvo, no obstante, rasgos singulares producto a que la realidad representada era diferente a la que se vivía en el viejo continente. En América Latina no hubo una revolución industrial a gran escala, ni al mismo tiempo que en Europa. De hecho, durante el siglo XIX las sociedades americanas seguían siendo fundamentalmente agrarias y rurales. A mediados del siglo XIX y hasta principios del XX, momento en el que tiene lugar el naturalismo, se comenzó a fomentar de manera insipiente una modernización que no reparó en las condiciones de vida de los nuevos habitantes de las urbes: trabajadores que venían del campo a buscar oportunidades en las ciudades. Producto de esta migración, las urbes no dieron abasto y en los barrios periféricos (emplazamientos ubicados en los márgenes de la ciudad) se comenzaron a vivir situaciones de hacinamiento (más de una familia compartían espacios en los que a duras penas podía vivir una familia). Esta realidad se sostiene debido a que son muy pocas familias las que administraban las tierras y el comercio en América Latina, lo cual también es representado por la Literatura naturalista.

Ante esta situación sería lícito preguntarse si la literatura es el arte creado a partir de la palabra, entonces qué tipo de belleza se da en la narrativa naturalista. No es precisamente la belleza entendida como armonía de las formas, sino, por el contrario, lo que se conoce como «feísmo», esto es, la representación estética de lo contradictorio, miserable y sufriente de la realidad. La razón del interés por representar esto, es que el arte no sólo se preocupa por la belleza, sino también por lo estético, es decir, por la sensibilidad, por lo que el naturalismo es una disposición literaria hacia la sensibilización ante la realidad contradictoria que la modernidad, la industrialización y el capitalismo han desarrollado, puesto que la promesa del progreso económico y del bienestar social choca con la miseria de los trabajadores y de las clases altas, y dicha miseria a su vez entra en contradicción con la acumulación de riquezas de las clases más altas. Como un científico, el escritor naturalista intentará demostrar que esta estructura de la sociedad moderna determina a vivir en condiciones de pobreza a quien nace pobre y lo mismo para el que nace rico. La demostración siguiendo el modelo del método científico será el objetivo por alcanzar de la narrativa naturalista, con un propósito claramente crítico de la realidad de su época.

Te invitamos a leer a los novelistas naturalistas latinoamericanos y a sensibilizarte junto a ellos de la realidad social que se vivía en esa época. Te recomendamos autores como Eugenio Cambaceres, Carlos Loveria Chirino y Edwars Bello.