Conspiraciones e Insurrección en 1810

Los criollos organizaron conspiraciones y planificaron una insurrección contra el régimen peninsular.

Tras la recuperación del poder por parte de los peninsulares, estos aplicaron medidas coercitivas contra la población novohispana, persiguiendo a los intelectuales criollos. Estos últimos se organizaron en juntas secretas buscando una insurrección que derrocara el poder peninsular.

Represión Peninsular

Los peninsulares recuperaron el control tras dar un golpe de estado que terminó con el virreinato de José de Iturrigaray, imponiendo en su lugar a Pedro de Garibay.

Así la Real Audiencia española retomó el control político de Nueva España mediante la aplicación de medidas de persecución y represión en contra de cualquier intento de proyecto político criollo, generando un ambiente de tensión que se fue agudizando con el correr del tiempo.

Organización criolla

Los intelectuales y políticos criollos reaccionaron criticando este nuevo escenario con la consiguiente organización interna que se hizo evidente a través de la publicación de pasquines o folletos, y las tertulias literarias donde se difundían un profundo malestar en contra de las elites peninsulares así como también el ideario ilustrado.

Paralelamente se organizaron en junta secretas denominadas también “conspiraciones” que lucharon planificadamente contra el régimen impuesto por los españoles.

Conspiración de Valladolid

Muchas de las ideas expuestas por el ayuntamiento de México respecto de la soberanía y la independencia eran compartidas por oficiales y eclesiásticos criollos.

Lo anterior sirvió de catalizador de jóvenes oficiales de Valladolid que decidieron reclutar gente para defender este ideario y proponer la creación de una junta que gobernara en representación del rey y que despojara a los españoles de sus bienes. Esta conspiración fue descubierta días antes pero el virrey no tomo medidas violentas contra ellos.

Conspiración de Querétaro

El pensamiento criollo siguió expandiéndose rápidamente, de este modo surgió la Conspiración de Querétaro, movimiento clandestino surgido en Santiago de Querétaro cuyos miembros fueron el sacerdote de Dolores Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Juan e Ignacio Aldama, Miguel Domínguez y Josefa Ortíz.

Este grupo se organizó para alzarse en armas el 8 de diciembre de 1810 donde pretendían llamar a una junta representativa de todos los sectores de la sociedad novohispana.

Insurrección

Los conspiradores de Querétaro fueron descubiertos por las fuerzas peninsulares por lo que se vieron forzados a recurrir a las armas para enfrentarlos. Como el grupo de criollos no contaba con un apoyo de base, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo, ofreció una misa en la cual solicitó a los asistentes a rebelarse contra el régimen virreinal.

La rebelión alcanzó el apoyo popular debido al malestar social contra el gobierno español y las crudas consecuencias que este había provocado en la sociedad novohispana como desigualdad y explotación.

El avance de los insurgentes les permitió llegar hacia las ciudades más importantes del Bajío incluso alcanzando Ciudad de México, momento en el cual, por solicitud de Hidalgo se genera un retroceso.

El 30 de octubre de 1810, los insurgentes lograron un triunfo en la Batalla del Monte de las Cruces, tras lo cual, Hidalgo declaró públicamente que las tierras comunales deberían ser de los indígenas así también abolió la esclavitud y el tributo indígena.

En los siguientes enfrentamientos, el ejército español (conocido ya como realista) adquirió una ventaja sobre los insurgentes. Las diferencias entre Hidalgo y Allende se agudizaron tras las consecutivas derrotas.

Al año siguiente, el 17 de enero, las fuerzas virreinales lograron derrotar a los insurgentes causando la huida hacia el norte de Hidalgo y el resto de los insurgentes. En las provincias norteñas encontraron apoyo ya que aquí también se habían iniciado un conflicto armado.

Finalmente, los líderes insurgentes fueron capturados por los realistas en Acatita de Baján, Coahuila y trasladados a Chihuahua siendo fusilados. Sus cabezas fueron expuestas en las esquinas de Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato.

Este levantamiento marcó el inicio de la lucha armada por la Independencia de México que fue coronada con el triunfo del Ejército Trigarante el día 27 de septiembre de 1921, tras ingresar exitosamente a Ciudad de México.