Primeras reformas en Estados Unidos independiente

Después de la independencia se efectuaron diversas reformas que buscaban cambiar algunas condiciones heredadas del período colonial, siempre en la lógica de no ejercer cambios abruptos, sobre todo considerando que las colonias habían logrado niveles altos de autonomía incluso bajo el Imperio Británico.

Reformas

Propiedad de las tierras de la Corona

Las reformas implementadas de modo más inmediato buscaron una serie de cambios sociales y mejoras económicas para el ‘pueblo’ americano. En el Estado de Virginia, Thomas Jefferson se mostró a favor de la eliminación de las leyes del imperio británico que perpetuaban la posesión familiar de las grandes propiedades de tierra. En el ámbito religioso propuso una amplia tolerancia, además de un sistema de educación abierto. En una línea similar, cada uno de los líderes de la Independencia impulsó la promulgación de leyes y modificaciones a las instituciones en cada Estado. Algunas de las consecuencias de este tipo de leyes fueron la distribución de las tierras, que estaban en manos de la Corona, en manos de pequeños propietarios.

Esclavitud

En lo que respecta a la esclavitud, hubo diferencias entre los Estados, así los Estados del Norte se abogó por su abolición o en el peor de los casos por la limitación de la posesión de personas como esclavos, respondiendo así a los principios del Acta de Independencia de 1776. Este proceso incluso fue impulsado antes de 1776, por ejemplo, en Rhode Island para 1774 ya había sido aprobada la abolición de la esclavitud, acción que poco después fue adoptada en Massachusetts. Mientras que en los estados del sur, donde la mano de obra era netamente esclava la situación fue más compleja, sin embargo podemos evidenciar que el pensamiento racionalista de todos modos estaba presente, aunque no significara un cambio en la condición de los esclavos.

Problemas internos

Los loyalist y el apoyo a la Corona

Uno de los problemas estuvo vinculado directamente con la posición de cada norteamericano respecto a la Guerra con la Corona. Los denominados “loyalist”, quienes habían permanecido leales al Rey de Inglaterra antes del conflicto fueron perseguidos e injuriados, incluso les fueron confiscadas las propiedades, esto llevó a que muchos de ellos se vieran forzados a emigrar a Canadá o a Inglaterra.

Economía

En el ámbito comercial, fueron los problemas administrativos los que ocasionaron mayor conflicto, porque si cada Estado tenía potestad y autonomía para decidir todo lo que tuviera relación con sus ciudadanos y su conveniencia, quedaba un vacío en torno a la regulación del comercio entre los estados lo que eventualmente generaría conflictos entre las ex-colonias. Así sin una institución que determinara patrones mínimos de común acuerdo para el comercio entre los recientemente independientes estados autónomos, o que pudiera negociar acuerdos internacionales con las potencias europeas, más allá de los enviados esporádicos, es que el Gobierno de la Confederación de Estados Americanos se vio enfrentada a una serie de fracasos, sobre todo en el ámbito internacional, en donde no fructífero ningún tipo de acuerdo, ni con España, Francia ni Inglaterra. Al menos durante los primeros años de vida Independiente de los Estados Unidos.

Ordenamiento territorial

Los éxitos de las nuevas instituciones iban a venir de la mano del ordenamiento de los conflictos territoriales internos. A través de la denominada Ordenanza del Noroeste la cual disponía que el dominio nacional iba a ser dividido en “unidades territoriales”, las que al momento de alcanzar 60000 habitantes podrían constituirse como Estado con todas las prerrogativas del mismo y la posibilidad de incluirse en la Confederación en igualdad de condiciones que los miembros más antiguos.

El congreso Continental que declaró la Independencia también logró organizar un Ejército Continental, promulgó los “Artículos de la Confederación”, mantuvo una política que permitió la administración de los territorios americanos. Las normativas del Segundo Congreso Continental  estuvieron vigentes hasta 1787, cuando los Estados decidieron convocar a una Convención constitucional en el que se afinarían los detalles de lo que sería un gobierno central que permitiera llevar las facultades de Gobierno independiente sin pasar a llevar la autonomía de cada Estado.