Migración hacia América del Norte: motivaciones

En medio de las convulsiones económicas, políticas y sociales europeas se encuentran las principales motivaciones que tuvieron los colonos para mirar con buenos ojos la posibilidad de migrar al ‘nuevo’ continente.

Inmigrantes: construcción de una nueva sociedad

La colonización de la costa este de América del Norte fue llevada a cabo por una corriente migratoria europea estimulada por diversos factores que pasan desde la búsqueda de nuevos horizontes económicos a disputas de tipo religioso.

Los inmigrantes al “nuevo mundo” traían sus propias concepciones de vida, sus creencias y una serie de características culturales arraigada en la tradición europea, por tanto, la conformación de una colonia en América iba a estar cimentada sobre la base de este capital cultural innegable. Sin embargo, la implantación de las dinámicas europeas en un espacio distinto no pudo ser directa, el trasplante de idiosincrasias iba a sufrir cambios. Las condiciones geográficas del territorio, el contacto con indígenas, la propia diversidad de los colonos que se traducía en las diferentes formas que tenían las colonias, las motivaciones de cada uno, terminaron por crear un nuevo modo de vida distinto al europeo, surgiendo así el “American Way of Life”.

Métodos para atraer colonos a Norteamérica

Uno de las principales intenciones de los ingleses que deciden migrar a América fue la mejora de su condición económica o la ampliación de mercados para sus compañías. En estas últimas podemos identificar a las sociedades comerciales que se hicieron cargo de la administración de colonias tales como Virginia y Massachusetts. Sin embargo, una vez instalado el dominio efectivo sobre la colonia se hacían necesarios otros migrantes que se hicieran cargo de la producción y de sostener a la colonia en el día a día.

Uno de los modos más utilizados fue el implementado por las compañías comerciales de Virginia y Massachusetts, las cuales asumían los costos de embarcación, transporte y mantenimiento de migración de nuevos colonos. Todo esto de acuerdo a un contrato de trabajo que explicitaba las obligaciones, derechos y condiciones en las tierras americanas.

Entre las obligaciones se establecía, inicialmente, el trabajo de los colonos para la asociación comercial inglesa respectiva. Sin embargo, esta dinámica no creó las condiciones necesarias para atraer al número necesario de migrantes anuales, porque este tipo de contrato no significaba una transformación de las condiciones de vida de la población migrante con menores recursos respecto a su modo de vida europeo. Por ello, se hizo necesario implementar un nuevo tipo de contrato que propiciara cambios en el mediano plazo de las condiciones socioeconómicas de los nuevos migrantes. Por tanto, se realizaron modificaciones orientadas hacia un contrato negociable entre el grupo de migrantes y la sociedad comercial que mantendría la obligación de trabajo para la explotación de recursos en beneficio de la sociedad, pero que incluía un plan de mejora socio-económica a mediano plazo que se tradujo en la obtención de tierras (alrededor de 20 hectáreas) para el colono en lo que iba a ser Estados Unidos, una vez finalizado el período de trabajo que podía variar entre 4 a 7 años. Este tipo de colono fue denominado “sirvientes escriturados”.

Colonos de otras regiones de Europa

La migración también surgió de otros lugares de Europa: alemanes, holandeses, franceses, italianos, suecos y portugueses también aportaron a la construcción de una nueva sociedad en América, aunque con tan sólo el 10% del total de población para 1680. Sin embargo, a partir de ese año, Inglaterra paulatinamente dejó de ser la principal proveedora de colonos en América. Los colonos no ingleses se hicieron parte, y aportaron, a la cultura americana en donde el predominio de la tradición inglesa era la más importante, así por ejemplo, lo demuestra la predominancia absoluta del inglés como lengua en América.

Para finalizar, podemos decir que la conformación de una nueva sociedad en un “nuevo” continente es la construcción de un conjunto diverso de idiosincrasias que se ven modificadas por las condicionantes, intereses y motivaciones de las colonias, conformando una amalgama de culturas con características comunes.