Arte peruano en el siglo XIX

Conoce las principales características del arte en Perú durante el siglo XIX, tras la independencia de España.

El siglo XIX, es el tiempo histórico en el cual Perú se independiza de España, tras la firma de la Capitulación de Ayacucho, en 1824. Si bien esta independencia fue política, ésta no se reflejó en otras áreas del acontecer peruano: en las artes dicho desligue comenzó a evidenciarse a partir de la segunda mitad del siglo anteriormente mencionado –en gran medida- por las ganancias obtenidas a través de la ventas del guano, que permitió una mayor apertura comercial y económica, y por ende la intromisión de nuevas ideas y pensamientos en el quehacer artístico peruano. Por ende es necesario indicar que el proceso de cambio fue lento y más aún en las zonas de la sierra y selva peruana, donde el cambio de concepción del arte fue prácticamente nula, manteniéndose concepciones del barroco español que dominó durante tres década Latinoamérica. A partir de 1850, los artistas peruanos comienzan a replicar ideales artísticos de Italia y Francia, los cuales se profundizarían a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, complementándose con el aporte artístico de exponentes extranjeros al país.

Arquitectura Peruana

Por ser Lima la capital, fue ésta la que primeramente se desató de los parámetros españoles, concepciones que se fueron ramificando a otras ciudades costeras del territorio (generalmente las que tenían puertos comerciales) comenzando un proceso de modernización del arte. En cuanto a la arquitectura se adoptó un modelo neoclásico en la elaboración de las nuevas construcciones, las cuales se evidencia en construcciones civiles como el Palacio de la Exposición, el Hospital Dos de Mayo y la Facultad de Medicina de San Fernando, influencia francesa que tendría su mayor apogeo en la década de 1890. Durante este siglo se funda la Escuela de Ingenieros, que resultó vital para la construcción de las anteriores edificaciones mencionadas. También se edificó el Paseo Colón y se modernizó la Plaza de Armas, como símbolo de progreso que vivía el país en aquellos años.

Pintura Peruana

Por su parte la pintura adoptó la sencillez del neoclasismo y del realismo, lo cual se evidenció en que los artistas plásticos dejasen paulatinamente retratar imágenes religiosas, dando paso a los retratos de gobernantes y militares quienes dirigían los destinos de la débil pero incipiente República del Perú. Principales exponentes de esta corriente fueron Ignacio Merino, José Gil de Castro que estuvo parte de su tiempo en Europa perfeccionando sus habilidades y David Hernández que posteriormente se transformaría en director de la Escuela Nacional de Bellas Artes. El arte popular tuvo como mayores exponentes a Pancho Fierro y Tadeo Escalante que continuamente retrataban paisajes rurales y retratos, diferenciándose del arte culto o de elite que se estaba generando en Lima, como síntoma del atraso que vivía el interior del país, en contraste con la capital.

Otras artes del Perú

La música tuvo en José B. Alcedo su mayor exponente. Éste, a través de concurso, ganó el derecho para componer el Himno Nacional del Perú, lo que a futuro le valió perfeccionar su carrera en otros países.

La fotografía hace su aparición en las últimas décadas del siglo XIX. Los hermanos Courret fotografían el Lima de aquellos años mostrándonos la diversidad de paisajes y realidades sociales. El fotógrafo Manuel Fuentes también retrató paisajes de la capital peruana; en tanto la élite, fue asidua a retratarse continuamente, particularmente toda la familia o bien, en sus diversas actividades sociales, muchas estas imitadas desde Francia. Debido a que el desarrollo de la fotografía era incipiente en Perú, muchas exposiciones fotográficas debieron desarrollarse en salas de exposición de pinturas, generándose una mezcla entre las dos disciplinas artísticas. Común era ver  muestras fotográficas y óleos en un mismo espacio.

La escultura también evidenció modificaciones en sus estructuras, porque también adoptó el modelo neoclásico de la arquitectura, reflejando las imágenes sencillez en su elaboración. Estatuas edificadas en el siglo XIX fueron monumentos a Simón Bolívar y Cristóbal Colón y los mausoleos de los cementerios.