Burguesía

Conoce cómo la burguesía en el siglo XIX controlaba la economía y la política.

La Burguesía

La burguesía corresponde al grupo social o clase que terminó con las monarquías absolutas reemplazándolas en el poder político. Se identifican con los empresarios, dueños de grandes propiedades agrícolas y mineras y con los comerciantes de grandes volúmenes de embarque. La llegada al poder de la burguesía, dio origen a nuevas formas políticas, como la democracia liberal y el parlamentarismo.

Los orígenes de la burguesía se encuentran en Europa, durante la Edad Media; cuando los comerciantes y prestamistas llegan a ser más poderosos que los reyes y sacerdotes. Muchos de ellos financiarán empresas de conquista en otros continentes, serán los grandes protectores de los artistas y organizarán las nuevas industrias que surgen a partir de la primera Revolución Industrial, en el siglo XVIII.

Sus ideas de existencia se centran en el trabajo como gran fuente de riqueza (recuerde que en la edad media el trabajo era visto como una forma de castigo). Para ellos la naturaleza es inagotable en cuanto a sus recursos. No hay ni ambientalistas, ni animalistas, el planeta es para ser explotado. La libertad del ser humano le permite elegir qué hacer con el mundo, teniendo como único objetivo el producir; entendiéndose este concepto como la transformación de los recursos de la tierra en algo que le preste utilidad al ser humano. Para esa explotación es necesario organizar a las personas; siendo el que toma  mayor cantidad de decisiones el que más riqueza obtenga a partir de lo producido. Quien no tenga un nivel alto de toma de decisiones será conocido como obrero, trabajador, empleado o proletario.

Expresiones políticas de la burguesía

Democracia liberal

Las monarquías absolutas controlaban gran parte del mundo en el siglo XVIII. En América y Francia se desatan revoluciones que pondrán punto final a las monarquías como forma de gobierno. Tal cual  la economía burguesa se centra en la libertad para decidir que producir, la política también exige libertades. Para ello se rescata un antiguo modelo político, creado en Grecia en el siglo V antes de Cristo, llamado democracia. La teoría señala que las democracias liberales son la fiel expresión de la gente, con grandes libertades como la de prensa y de religión. En el siglo XIX se está lejos de aquellos ideales. Se mantiene la idea burguesa que indica a la persona que toma las decisiones como mucho más poderosa que el resto. La burguesía limita a su clase como el único conjunto humano que elige, llamado el universo de votantes. Lo hacen a través de métodos muy francos, tales como el exigir ser propietario para tener derecho a voto, lo que se conoce como sufragio censitario; o de maneras más suaves como por ejemplo exigir el saber leer y escribir, en una época en que muy pocas personas sabían hacerlo, y por cierto éstos eran de la burguesía. Pasará mucho tiempo para que esta situación cambie.

Parlamentarismo

Donde las monarquías se mantuvieron firmes, debieron de todos modos entregar parte de su poder. Para ello se crearon los Parlamentos, o asambleas con representantes de la gente. Como ya hemos dicho, en el siglo XIX, la participación en las elecciones era muy limitada, por lo tanto se elegían más bien representantes de la burguesía. Así, por ejemplo,  en la principal potencia militar e industrial de esa época, Gran Bretaña, pasa por importantes cambios. Su parlamentarismo se inició en el siglo XIV, integrado por la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores. Los comunes eran ricos comerciantes, navegantes y otros sobresalientes de la sociedad, mientras que los lores eran los dueños de tierras. Ambas cámaras ejercen el poder legislativo, es decir el que hace las leyes.  En un inicio el poder de los Lores era muy superior a los Comunes, pero cuando la burguesía del siglo XIX comenzó a controlarla, le fueron quitando poder a los Lores, dejándola casi simbólica. El sector político dominante elige a su vez un primer ministro, que paulatinamente reemplazará la autoridad de los monarcas.