Sus libros sagrados: El Panteón hindú: Brama, Siva, Vishú…- Diosas- Templos y fiestas religiosas- El Ganges- Juicio sobre el Hinduismo.
Se llama hinduismo la religión de los 50 millones de habitantes que pueblan la India. Dícese también neobramanismo porque, en efecto, es la antigua religión védica con algunas aportaciones de la Filosofía y metafísica de los brahmanes, más las aportaciones de aglomerados de razas que han pasado por su suelo.
Índice
Además de los libros védicos los hindúes tienen otros más modernos. Estos son:
Lo constituyen la llamada trinidad india o Trímurti, a saber: Brama, Siva, y Vishnú.
En la religión india se admiten las diosas y toman una gran parte en el culto:
Parvati, Sakti y Kali. Sakti y Kali representan la fuerza femenina. Sus fiestas aparecen como verdaderas orgías, de lo más procaz y abyecto.
Parvati, la gran diosa de inmensa veneración en la India. Su culto es de lo más siniestro y sombrío. Tan poca simpática imagen se ve frecuentemente en las paredes de los templos, en las que resalta terriblemente por su carga negra y facciones desencajadas.
En el Panteón hindú es el animal sagrado por excelencia e intangible. Los templos y aún las calles y se las ve avanzar por ellas con la boca llena de flores. Los monos tienen un templo en el que no se puede entrar ni haberse descalzado. Se venera a los pavos, las agulas, las tortugas, los cuervos, los cocodrilos…
El suelo de la India está todo sembrado de templos. Algunos son edificios ciclópeos. Un autor la llama “arquitectura alpina”: Construcciones, moles que aterran.
Boro Budur, más que un templo es una colonia de ellos.
Todos estos templos imponen por sus magnitudes enormes cuando se miran por fuera. Por dentro están llenos de estatuas y bajorrelieves. Asimismo cuerpos de cuadrúpedos y serpientes, que proliferan, se atropellan y ascienden en una pirámide confusa.
A mitad de febrero se celebran las de Silva. Antes de la luna llena de este mismo mes, y de marzo, las de Krishna, con la representación de las escenas de leyenda de este dios y con toda clase de farsas carnavalescas y bailes de jóvenes, pintado el rostro con polvos rojos y amarillos.
En plenacanícula se festeja el nacimiento de Silva con gran pompa y júbilo…
El punto de emoción de las fiestas lo constituyen las famosísimas procesiones, en las que los europeos apenas nos podemos imaginar el espectáculo de frenesí y abigarramiento que ofrecen. La imagen del dios homenajeado es arrastrada por una artística carroza. “Cuando la profesión está para comenzar, dice, un grito ensordecedor lanzado a una por millones de pechos estalla en el templo, aturde el espacio, se esparce por todo el campo y retumba en las lejanías. Añádase de feroz aullido lanzado por 500.000 poseídos que, heridos de locura, invocan a voz en cuello al ídolo, mientras se golpean el pecho, las espaldas y las sienes:”Samaiah Vishnú! Samaiah Vishnú!”
Es una fiesta que ha pasado por todas las generaciones y hoy se practica igual que antes. En esta se utilizan caretas y pinturas, las cuales echan por todo el cuerpo.
Es el río sagrado del hinduismo y uno de los elementales más típicos de su culto. Nace en las montañas del Himalaya, en Harvard, y ya a este sitio acuden millones de adoradores a bañarse en sus aguas y a arrojar a la corriente las cenizas de sus muertos.
La multitud ingente llena por completo el ancho cauce hasta ocultar las aguas. Pululación de cuerpos morenos y carnes estallantes. Brahmanes blandiendo las ramas con que golpean monótonamente las aguas: mujeres medio sumergidas, cuyos cuerpos se moldean a través de sus azules velos chorreantes haciendo haciendo salir el agua ante ellas. Otros viejos de piel emblanquecida, de triple vientre hinchado y lustroso cráneo, sentados sobre las planchas de piedra bajo anchas sombrillas de paja recitando los textos sagrados; otros, finalmente, en las gradas reproduciendo los miles de gestos rituales que se han de practicar todas las mañanas: abluciones, contorsiones de dedos que deben figurar las encarnaciones del Vishnú…!”
Por lo que llevamos expuesto podemos formular ya nuestra apreciación.
Lo primero que nos impresiona en el hinduismo, es el puesto mismo, la potente y avasalladora fuerza de su instinto religioso. Es el pueblo más religioso de la tierra. Sus templos no tienen parecido ni en número ni en grandiosidad con ningún otro, y lo mismo debemos afirmar de su fervor religioso hasta el fanatismo, manifestado en sus magnas procesiones, en sus abluciones en el Ganges, en los excesos penitentes de sus faquires, de sus acetas…
La religión es tan arraigada y es tan especial en el pueblo hindú, que se ha podido decir, con verdad, que la historia, de su pensamiento es la historia del pensamiento religioso, y que su inteligencia y actividad está constituida e impregnada en su esencia por un pensamiento de fe.
¿Podemos ser tan encomiásticos con la religión hinduista en sí misma? Ciertamente que no, y éste es el mayor contraste que puede darse.
Dos notas presenta, en particular, que nos repugnan sobremanera: su politeísmo desbordado y multiforme y el bajo nivel moral de sus actividades.
El politeísmo hindú, ya lo hemos visto, es el más proliferante que se conoce. Comienza por la Trimurti, o trinidad, Brama, Vishnú y siva, y siguen más de 300 millones de dioses, como queda indicado, y otras tantas diosas, pues todos viven en maridaje.
Neobramanismo.- es la antigua religión media.
Sistema religioso y social practicado por la mayoría de los habitantes de la India.El hinduismo descansa no tanto en las creencias como en el nacimiento y la conducta.
El hinduismo brahmánico impone diferentes tipos de castigo por las infracciones de las Reglas de Conducta.
Los brahmanes, escrito en el VII a.C. constituyen versiones en prosa de las vedo, en las que se dan distintas normas rituales que han de seguir los brahmanes.