El Imperio Islámico

El islamismo surge de la unión de la cultura árabe en torno al legado religioso de Mahoma, quien fue capaz de organizar una religión sustentada en el poder político, de esta manera se formó un imperio que tuvo influencias en tres continentes África, Asia y Europa. En la actualidad, la religión musulmana se extiende a todo el mundo con muchas comunidades en distintos países.

Formación y expansión del imperio islámico

El imperio islámico surgió en el siglo VII en la península Arábiga. Nació de la unión del Imperio de los Sasánidas en Persia y del Imperio Bizantino, ocupando las provincias bizantinas de Asia y del Norte de África (Siria y Egipto). Su extensión llegó a la península Ibérica, la isla de Sicilia y otras tierras europeas. No obstante, la expansión de su cultura llegó a la India, China, Etiopía, Sudán Occidental, Sur de la Galia y Constantinopla, proyectando su influencia más allá de sus límites territoriales.

La cultura árabe antes de ingresar a la historia de Occidente se centraba en la vida de pastores nómades, los cuales no conformaron un Estado. La unión de esta sociedad se fundaba en comunidades que se dividían en estirpes y familias.  El jefe de familia fue considerado como autoridad máxima, junto a la autoridad moral que era elegida por ellos, a la cual se denominaba jeque. En algunos casos las familias se enfrentaron en disputas internas por  la costumbre de la venganza de la sangre, efectuando la justicia por ellos mismos.

En cuanto a sus costumbres religiosas, coincidían con las leyes fundamentales del cristianismo (10 mandamientos). Algunos meses del año fueron considerados sagrados, por lo cual cesaban las contiendas o guerras entre las familias. El santuario más famoso es la Kaaba, en dónde se encuentra la piedra negra «La Meca».

Mahoma y el islamismo

El nacimiento de Mahoma fue hacia el año 570 d.c. perteneció a una humilde familia de la tribu de los coraischitas. Se casó con la viuda de un rico comerciante, lo que le permitió viajar bastante. Hacia el año 610 d.c. se comenzó a conocer su legado a través de sentencias proféticas en distintos lugares del mundo árabe. Sus primeras ideas expresaron que Alá es uno y todopoderoso y que les exige a los fieles religiosos la sumisión completa a la voluntad divina.

Durante su vida religiosa no tuvo muchos seguidores y sus enseñanzas no establecieron mayores fieles en su tierra. El grupo que le siguió oraba en forma colectiva, entregando mensajes a los sectores más ricos para ayudar a los más pobres.

Mahoma se trasladó junto a sus seguidores a la ciudad de Yathrib -Medina- la que fue conocida cómo la ciudad del profeta.  A este periodo se le conoce cómo la Hégira, el punto de partida de la era musulmana o mahometana que dio inicio a la formación de un régimen teocrático en dónde el Estado se funda en Dios.

Las enseñanzas de Mahoma son conocidas con el nombre de Islam y fueron llevadas a la escritura en el libro sagrado El Corán.  A la muerte de Mahoma (632.d.c) se había logrado unificar el mundo árabe bajo un jefe supremo, el profeta Mahoma. La sucesión del poder luego de la muerte de Mahoma, trajo consigo disputas sobre la línea de sucesión, dividiendo al islamismo en dos ramas el sunismo y el shiismo.

Expansión islámica

El islam consolida su expansión con Omar  “Emir o Al Muminim”  -Príncipe de los creyentes- un sucesor de Mahoma, al punto de convertirse en un estado poderoso. Las victorias alcanzadas llegaron hasta Bizancio, el Imperio Persa de los sasánidas, Fenicia, Babilonia y Mesopotamia. Desde la década del 640, la conquista árabe se dirigió hacia Egipto donde Omar muere asesinado en el año 644, presentándose nuevamente el problema de la sucesión.

Los límites del imperio árabe fueron:  la cuenca sur del mar mediterráneo y el reino visigodo en España, por el este llegó a las tierras del Indo, por el oeste cruzó Gibraltar (711) y por el noreste hasta el Cáucaso. Hasta que su influencia es detenida por Carlos Martel (732) en Tour y Poitiers.