La expansión territorial europea transformó la economía otorgándole nuevas características que potenciaron y consolidaron el mercantilismo.
Las dinámicas económicas se vieron abruptamente transformadas tras la incorporación de los nuevos territorios americanos. La exportación masiva de oro y plata desde América, llevó a que la actividad comercial europea se centrará en la acumulación de estos metales.
El expansionismo europeo entre los siglos XVI-XVII trajo consigo el descubrimiento de un nuevo continente: América. El ingreso de estos vastos nuevos territorios causó una serie de transformaciones que no sólo implicaron la extensión territorial, sino también el control sobre nuevas riquezas, el desarrollo de los puertos atlánticos, las comunicaciones y la aparición de nuevas rutas comerciales. El continente americano aportó con una variedad de yacimientos de oro y plata que provocaron un enorme abastecimiento de estos metales a Europa.
Las tendencias económicas de la época, llevaron a que los estados buscaran acaparar estos metales preciosos y acumularlos de forma sostenida. El enriquecimiento de los estados a través de esta acumulación se conoce como Mercantilismo, el cual fue practicado por ciertos estados europeos durante los siglos XVI y XVIII. El Mercantilismo provocó el fortalecimiento del comercio y de las exportaciones.
Entre las principales características del Mercantilismo destacamos:
El ingreso masivo de nuevas mercancías provocó una profunda transformación en la economía de la época. Los estados, al volverse mercantilistas, centraron sus esfuerzos en la acumulación de metales preciosos. La extracción en los yacimientos de oro y plata fue en grandes cantidades. La llegada de estos apetecidos metales se aseguró mediante los programas de gobierno y en menor medida mediante del contrabando. Aun así, los ingresos fueron tan altos que causaron un cambio en la dinámica comercial, a ello se le conoció como la Revolución de los Precios.
Una de las principales consecuencias del ingreso en masa de metales preciosos fue la subida de los precios de los productos. En siglos anteriores, los precios habían permanecido y no habían sufrido grandes cambios, por lo que este aumento se transformó en un gran cambio para la época. En gran medida, esto provocó el aumento de los créditos y sus intereses.
Para asegurar los cambios, los estados europeos fortalecieron sus industrias, aumentando fuertemente el número de exportaciones. Lo anterior, estimuló activamente el comercio con Oriente.
De todos modos, los salarios no aumentaron y tendieron a estancarse a pesar de que las ganancias habían aumentado. Las dinámicas dadas durante este periodo histórico sentaron las bases para el posterior desarrollo y fortalecimiento del capitalismo.