La Ilustración

Conoce el movimiento de la Ilustración, sus principales ideas, exponentes y consecuencias sobre la sociedad moderna.

La Ilustración fue un movimiento intelectual que se desarrolló durante el siglo XVIII y que tuvo gran impacto sobre la sociedad moderna. Las críticas a las viejas estructuras institucionales, por parte de los pensadores ilustrados, impulsaron un cambio de mentalidad en esta época, motivando una serie de transformaciones a nivel económico, político y social.

El siglo de las luces

En el siglo XVIII florecen pensadores, filósofos y literatos que centran sus ideas en el uso de la razón para explicar los diversos fenómenos. El Renacimiento impregnó a toda Europa de una nueva visión que se alejaba del enfoque tradicional religioso. La Revolución Científica, que vio su apogeo en el siglo XVII, también influyó en los pensadores ilustrados, demostrando mediante descubrimientos e inventos, que la humanidad, por sí misma, podía dar cuenta y explicación de lo que ocurre en el mundo.

La Ilustración floreció enormemente en Francia, transformándose en el lugar predilecto para ir a instruirse e impregnarse con las nuevas ideas. Los principales y más reconocidos exponentes de la Ilustración en Francia son: Montesquieu (1689-1755), Denis Diderot (1713-1784), Voltaire (1694-1778), Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), entre otros. Todos ellos dieron forma a las ideas de la Ilustración y sus postulados trascendieron a la humanidad, sentando las bases de la política moderna.

La influencia de la Ilustración alcanzó otros lugares del mundo y también surgieron exponentes del movimiento, entre ellos, reconocemos a Immanuel Kant en Alemania, Thomas Jefferson y Benjamin Franklin en Estados Unidos, entre muchos otros.  Los ideales lustrados influyeron en el pensamiento de Adam Smith, quién se transformó en el padre del liberalismo económico.

Las nuevas ideas ilustradas, tenían un carácter racionalista ya que planteaban la necesidad de mejorar la humanidad mediante la utilización de la inteligencia. Los Ilustrados creían férreamente en que la razón lograría alcanzar el anhelado progreso.

El movimiento Ilustrado fue una corriente principalmente laicista, si bien no necesariamente criticaba la religiosidad, si criticaba las instituciones, en las que veían un elemento de retroceso y estancamiento.  Muchos de sus exponentes, como Voltaire o Montesquieu, tenían una postura deísta, en donde se sostenía la creencia en un Ser Supremo y creador que no entraba en contacto directo con la humanidad. Esto, en definitiva, plantea un alejamiento con las estructuras religiosas tradicionales.

Por otro lado, en muchas de las obras de los pensadores ilustrados, se plantea la necesidad de una igualdad ante la ley, la importancia de la libertad individual y de la propiedad. Así como también, está presente una fuerte crítica a las instituciones políticas de la época, proponiendo un Estado que fuera más representativo y liberal.

En una primera etapa, muchos pensadores ilustrados fueron perseguidos y hasta encarcelados por sus posturas, sin embargo, en la segunda mitad del siglo XVIII, sus ideas tienen mayor aceptación y comienzan a ser ampliamente difundidas. Asimismo, muchos de ellos, eran burgueses que tenían influencia y llegada con los monarcas de la época. Algunos de estos reyes, conciliaron las ideas de la Ilustración en sus formas de gobernar. A éste tipo de monarquía se le conoció como Despotismo Ilustrado, en donde el poder seguía centrándose en la figura del monarca pero este tenía intenciones más reformistas. Un ejemplo de ello, es el caso de Carlos III, cuyo reinado incluyó reformas destinadas a potenciar el progreso de España.

Consecuencias

Entre algunas de las consecuencias de la Ilustración en la sociedad moderna destacamos:

  • El predominio de un pensamiento racionalista centrado en el progreso, como motor transformador de la sociedad.
  • La influencia ideológica sobre la Revolución Francesa (1786), la Independencia de Estados Unidos (1777) y los procesos revolucionarios americanos del siglo XIX.
  • El retroceso y la disminución del poder de la Iglesia en la sociedad.
  • El asentamiento de una base y modelo para el Liberalismo económico y político, desarrollado principalmente en el siglo XIX.