La población urbana mundial

Conoce sobre la población urbana y la expansión de las ciudades: además, proporción entre población urbana y rural a nivel mundial, latinoamericano y nacional en los últimos cien años

A partir de los procesos de industrialización mundial, especialmente a partir del siglo XX, se lleva a cabo una importante migración de la población rural hacia centros urbanos, lo que significó una transformación demográfica mundial, caracatrizado por la reducción de la población que habitaba en los sectores rurales y un aumento sin precedentes de la población que llega a vivir a las ciudades, las que paulatinamente se transformarían en grandes centros urbanos.

Situación a nivel mundial

A partir de ese periodo el aumento de la población urbana a nivel mundial ha sido progresivo, incluso en países donde existe una baja natalidad, es decir, donde nacen pocas personas. Este aumento se debe a varios factores, entre los que se cuentan:

  • La reducción de la tasa de mortalidad, lo que significa que mueren pocas personas debido a los avances científicos, tecnológicos y médicos.
  •  El aumento de las expectativas de vida, es decir, que las personas viven mas años.
  • Los avances tecnológicos aplicados a las comunicaciones y los medios de trasnporte.
  • La concentración de la producción económica de las naciones.

Los cambios en la estructura de la población urbana-rural han llevado a una redistribución demográfica durante los últimos 100 años, especialmente a partir de 1950 donde se comienza a producir un acelerado aumento de la población urbana a nivel mundial y un decrecimiento de la población rural.

A principios del siglo XX solo un 10% de la población vivía en las ciudades, actualmente la situación se ha invertido y la mayoría de la población mundial vive en las ciudades.

América Latina

En América Latina se sigue el mismo patrón de desarrollo demográfico que a nivel mundial, es decir que hay un traslado de la población de sectores rurales a centros urbanos, dando lugar al surgimiento de grandes ciudades donde las personas encuentran mayores expectativas de vida, mejor alimentación, más trabajo y por consecuencia mejor calidad de vida.

A partir de la primera mitad del siglo XX (1950 aproximadamente) la aceleración en el proceso de urbanización produce un gran cambio a nivel socio demográfico asociado a la reducción de la cantidad de hijos por mujer, este hecho se debe a la urbanización ya que hay un aumento en los niveles de escolaridad, cambios en las estructuras productivas y la integración de la mujer al campo laboral. Esto desaceleró el crecimiento de la población pero no el número de habitantes en los centros urbanos, por lo tanto a pesar de que el número de nacimientos decreció, el número de personas que llegaban a vivir a las ciudades aumentó.

La población latinoamericana es principalmente joven (menores de 25 años) y se caracteriza por ser una región altamente urbanizada debido al número de personas que vive en centros urbanos, a pesar de que existen ciertas diferencias entre los países para estimar qué zonas son urbanas y cuáles rurales, por ejemplo en algunos países se declaran zonas urbanas donde hay más de 1.000 habitantes, mientras que en otras se mide según cuenten con características como la electricidad, comercio o producción económica.

Dentro de los centros urbanos más importantes se cuentan: Ciudad de México, Sao Paulo, Buenos Aires, Lima, Santiago y Bogotá.

En Chile

El siglo XX para Chile significó entre otras cosas un gran crecimiento de la población, pasó de 3.231.022 habitantes en 1907 a 15.116.435 en 2002. este cambio demográfico se tradujo en un rápido proceso de urbanización y de redistribución territorial, transformando al país en un territorio principalmente urbano.

Durante la primera mitad del siglo, el número de la población fue en aumento pero a un ritmo lento, ya que a pesar de que la natalidad era alta la mortalidad también lo era, especialmente en niños pequeños (menores de cinco años). La alta mortalidad infantil se combatió con programas de salud pública, lo que se presentó como una forma de enfrentar el grave problema de higiene y sanidad producidos por el gran número de habitantes que llegó a vivir a las ciudades y que produjo el hacinamiento (facilitando la propagación de enfermedades) ya que además no existían las condiciones habitacionales para enfrentar tal demanda.

Los programas de salud pública y de vivienda ayudaron a ordenar el nuevo espacio urbano que no estaba en condiciones de recibir a tantas personas, pero que logró adecuarse a las necesidades de la población y del desarrollo.