Organización Económica de la Civilización China

Al igual que las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto y la del valle del Indo, la economía china se basó en la agricultura. Los principales cultivos eran el trigo, la cebada y el arroz.

La agricultura estaba dirigida por las autoridades estatales, las que planificaban las labores de la tierra de acuerdo a las necesidades imperiales. Por tanto, las fluctuaciones cíclicas de las cosechas afectaban directamente el poder de las dinastías, y cada vez que los rendimientos agrícolas eran insuficientes, las dinastías entraban en crisis que las terminaban por expulsar del poder.

En el periodo de la dinastía Zhou, la tierra estaba dividida en unidades cuadradas, las que a su vez se segmentaban en 9 parcelas que formaban un triángulo equilátero. Las 8 parcelas exteriores eran trabajadas por las familias de campesinos y la parcela restante era cultivada colectivamente como forma de tributo a la clase terrateniente, quienes poseían la propiedad de la tierra.

A medida que aumentaba el desarrollo cultural de la civilización china, fue introducido a las actividades agrícolas el arado de hierro y se implementaron técnicas de regadío que permitieron aumentar el rendimiento de la tierra y las cosechas. Las cosechas cada vez más elevadas posibilitaron el crecimiento sostenido de la población china, lo que colaboró en el surgimiento de una nueva clase de mercaderes y comerciantes.

La adopción y domesticación de animales como el caballo, mejoraron las comunicaciones y facilitaron el comercio. De paso, las autoridades imperiales pudieron ejercer un control más riguroso en las provincias y también se extendió la zona de influencia china. Como ejemplo, podemos señalar la gran expansión alcanzada por la China Han que aumentó considerablemente los límites de la civilización china.

En el proceso de apertura comercial emprendido por la dinastía Qin, las medidas tendientes a unificar los sistemas de medición de pesos y la acuñación de monedas permitieron integrar económica y políticamente el territorio chino.

Como se puede apreciar, la civilización china logró desarrollar un sistema económico que era capaz de alimentar a una inmensa cantidad de población y que, además, generaba para las autoridades excedentes que podían utilizar en campañas de conquista militar. No obstante, los mismos esfuerzos militares de los emperadores, en innumerables ocasiones provocaron agudas crisis económicas que terminaron por sacarlos del poder.