Revolución Mexicana

Trabajo de investigación que plantea una serie de interrogantes en relación a la revolución mexicana.

Revolución Mexicana

La Revolución, en sí, proporcionó una redistribución de la riqueza a través de la repartición de las tierras, con lo cual se mejoraron las condiciones de vida del campesinado, que constituía el 85% de la población.

En lo que al proceso respecta aludamos que, desde principios del siglo XX, el gobierno del general Porfirio Díaz había empezado a mostrar síntomas de descomposición tanto en el campo, donde el malestar era generalizado, como en el sector obrero; prueba de ello fueron las huelgas de Cananea en 1906 y Río Blanco al año siguiente. Había también cierta disidencia política organizada, como la del Partido Liberal Mexicano, cuyo programa influyó decisivamente en el movimiento revolucionario iniciado en 1910.

El presidente Díaz afirmó en 1908 que consideraba al país apto para la vida democrática, que no vería mal la aparición de partidos políticos, y que no pensaba reelegirse. Estas declaraciones posibilitaron la participación política de muchas organizaciones de carácter liberal. En el mismo año, Francisco Madero publicó su libro “La Sucesión Presidencial en 1910”. El Partido Nacional Democrático; participó en la creación del Partido Nacional Antireeleccionista y, posteriormente, postulado como candidato a la Primera Magistratura, recorrió la República fundando clubes políticos y haciendo labor proselitista para las elecciones de junio de 1910. A pesar de todo esto, Porfirio Díaz nuevamente fue declarado Presidente.

El 5 de octubre de ese año, Madero elaboró el Plan de San Luis Potosí que declaraba nula la reelección de Díaz, adoptó el lema «Sufragio efectivo. No reelección» y llamaba a la lucha armada para el 20 de noviembre de 1910, fecha en la que ocurrieron varios levantamientos en la República; la Revolución Mexicana había empezado y poco a poco fue extendiéndose y adquiriendo fuerza.

El 8 de mayo de 1911 las fuerzas revolucionarias toman Ciudad Juárez, y el día 21 se firman los tratados que llevan su nombre. Pocos días después, Porfirio Díaz renuncia; Madero hace su entrada triunfal a la Ciudad de México el 7 de junio. El licenciado Francisco León de la Barra, nombrado Presidente Interino, llama a nuevos comicios para el 15 de octubre, en los cuales resultan ganadores Madero y José María Pino Suárez, por lo que el 6 de noviembre asumen sus cargos.

Algunos grupos que apoyaron inicialmente a Madero, como los revolucionarios del Sur, bajo la dirigencia de Emiliano Zapata, mostraron su inconformidad con la plataforma de gobierno del Presidente, y mediante el Plan de Ayala se levantaron en armas. Asimismo, algunos elementos porfiristas se inconformaron y trataron de sublevarse. Poco después Félix Díaz, Bernardo Reyes y Manuel Mondragón tramaron una conspiración -a la cual se uniría Victoriano Huerta- que dio inicio en febrero de 1913, en la cual Madero y Pino Suárez fueron aprehendidos, obligados a firmar sus renuncias y, posteriormente, asesinados; a esos acontecimientos se les denominó la Decena Trágica.

De conformidad con lo observado por la constitución de 1857, el Secretario de Relaciones Exteriores, licenciado Pedro Lascuráin, asumió la presidencia, nombró a Huerta como Secretario de Gobernación, aunque pocos minutos después renunciaría para dejar a este último el camino libre. Venustiano Carranza, encabezando a los gobernadores que desconocieron el gobierno huertista, firmó el Plan de Guadalupe el 26 de marzo de 1913 y dirigió la lucha que finalmente obligó a Huerta a renunciar el 15 de julio del año siguiente.

Del 10 de octubre al 13 de noviembre de 1914 funcionó la Convención de Aguascalientes para resolver los problemas suscitados en torno al futuro de la Nación. En ella se acordó el cese de Carranza como Primer Jefe encargado del Poder Ejecutivo, y se nombró Presidente Provisional al general Eulalio Gutiérrez; resoluciones que Carranza desconoció.

El desacuerdo entre Carranza y la Convención derivó en la existencia de dos gobiernos: el carrancista, instalado en Veracruz y el convencionista, establecido en la capital de la República.

En enero de 1915, Roque González Garza reemplazó a Eulalio Gutiérrez en la Presidencia del gobierno convencionista y el 10 de junio fue sustituido por el general Francisco Lagos Cházaro. Durante este período, las tropas carrancistas y las de la Convención (villistas principalmente) se enfrentaron en varias ocasiones, pero estas últimas siempre fueron derrotadas.

El 19 de septiembre de 1916, Carranza, quién se encontraba en la capital desde el mes de abril, convocó a un Congreso General que sesionó en Querétaro. Los debates y sesiones de ese Congreso culminaron con la elaboración de la Constitución de 1917, la cual fue promulgada el 5 de febrero de ese año, y entró en vigor el día 1 de mayo, fecha en la cual también Carranza asumió constitucionalmente la Presidencia de la República.

Revolución Mexicana: Años mas tarde, una serie de interrogantes

Para profundizar ya en el fin ultimo de este trabajo, digamos que según los dichos de David Brading dicho movimiento o proceso revolucionario se explico en parte como un movimiento agrario, donde Emiliano Zapata, líder de los campesinos de Morelos, se alzo como la figura más representativa.

El problema, dice este autor, es que dicha explicación referente a la condición de movimiento agrario de la revolución no se constituyo como una explicación convincente. Más bien, se presto para dejar múltiples dudas, en tanto, Brading señala que “no toma en cuenta la diferencia entre las dos regiones en pugna (…) No explica por qué el reparto de los grandes Estados y la distribución de la tierra fueron aplazados hasta los años treinta, casi dos décadas después del cierre de las hostilidades”.

Pero, entonces, ¿Qué fue la Revolución Mexicana?

En palabras simplistas y en la voz de Brading resulto ser una guerra de sucesión que enfrento a los Estados fronterizos del norte y el ejército federal aliado con la burocracia. No obstante los constitucionalistas para conseguir la victoria debieron movilizar a la población del campo y establecer alianzas con los caudillos populares. Lo que allí se observo era una regla general donde los lideres del norte confiscaron una cantidad importante de haciendas con el objetivo de financiar sus campañas y poder recompensar a sus partidarios militares, así como también se intento, eso si, en ocasiones desarrollar la agricultura de tipo mercantil.
Ahora bien, si ya en parte podemos resolver la encrucijada de lo que fue la revolución o mas bien hemos conseguido ciertas nociones, preguntémonos ahora ¿Cómo se explican los orígenes de la Revolución y porque se prolonga mas allá de la caída de Porfirio Díaz en 1911?

Digamos sobre lo primero y tomando las palabras de Francois Chevalier que la Revolución Mexicana se origino por conflictos aún no cerrados tras la independencia y que adquirieron relevancia durante el gobierno de Porfirio Díaz, quien se mantuvo por más de treinta años (1876-1911). Díaz, implementó reformas a la estructura social y económica mexicana en nombre del progreso. Todas estas reformas de tipo liberal, echaron por tierra las intenciones del sector conservador mexicano, incluyendo a la iglesia, a la cual se le desamortizó sus tierras en función de la modernidad al igual que el grupo más golpeado por las reformas implantadas durante el porfiriato; estos fueron los indígenas y el campesinado que sufrió una fuerte alza de precios en los productos agrícolas y una baja en los sueldos.

La Revolución presentó, de este modo, según Chevalier un antecedente hacia el año 1910 y este “era el tipo de revolución que imponían los caudillos y caciques “federalistas”, la personalización de los partidos –del partido vencedor-, las clientelas, los parientes y amigos de los jefes políticos”.

Por otra parte y considerando las palabras de Francisco Mires se observa en los orígenes de la revolución, el surgimiento de un notorio avance del país hacia la modernidad, que se introduce en la economía mundial, aun cuando, esto mismo se constituye o se traduce en una contradicción, ya que el país aún poseía rasgos poscoloniales que no se adecuaban al proyecto modernizador. De esta forma, entonces, lo que se inicio como una reivindicación concluyó como una revolución que involucro a diversos sectores sociales de México.

Desde otro ángulo Tulio Halperin por su parte establece como inicio de la revolución, lo acontecido al “norte, que en décadas recientes ha crecido más que el resto de México, sin que su mayor peso económico y social le haya dado un lugar menos marginal en la estructura del poder del régimen porfirista”. En base a esto se puede desprender que la zona norte de México, a pesar de sus riquezas naturales y lo que éstas significaban para el progreso del país se mantenía a dicha zona lejos de gozar de los beneficios que ésta aportaba al resto del país y las relaciones económicas con Estados Unidos, que aumentaban en mayor medida dicha situación. Es por esto que dentro de este escenario, no resulta extraño que Francisco Indalecio Madero llamara a levantarse en armas al pueblo mexicano en el plan de San Luis.

Ahora pretendiendo abordar la segunda interrogante o cuestionamiento antes planteado (prolongación de la revolución más allá de la caída de Porfirio Díaz) señalemos que Francois Chevalier establece, que existen dos México muy distintos. “Hay dos México rurales. El del norte, de estepas, español o mestizo, poblado de vaqueros, de hombres a caballo, de mineros mucho mas móviles que al sur, menos religiosos, individualistas cuando no anarquistas…”. Y es precisamente este México el que se asocia a Pancho Villa y su División del Norte, asociado todo esto mas al bandidaje que a la rebelión que encarnaba el Ejercito Libertador del Sur liderado por la figura de Zapata, y que poseía rasgos más apegados a la tierra y la religión incluso su emblema era la Virgen de Guadalupe. Este ejercito rebelde del sur mas tarde protagonizará un hecho junto a algunos religiosos conocido como la rebelión de los “cristeros” por el carácter anticlerical del presidente Álvaro Obregón en 1830.

Mires propone que, la revolución toma cambios cualitativos ya que, hubo una participación de otras clases sociales e incorporación de nuevas ideas, lo cual integra un factor cultural al proceso, sumado a la participación de las mujeres, y en general de toda la familia, que era la base social. “¿Podía algo ser mas imposible en esta tierra de “machos” y pistolas que la movilización de las mujeres? Pues bien, hasta este imposible dejó de serlo en la revolución.” Todo esto se da dentro de un marco novedoso, ya que se organizó el Congreso Feminista el 16 de enero de 1916 en Yucatán. Es por estos elementos que se puede desprender que la revolución no sólo se limito a un carácter político, sino también social y cultural.

Tulio Halperin por su parte, destaca que Francisco Madero, en su plan de San Luis, sólo establecía pequeñeces como devolver las tierras a los que habían sido expropiados pero no poseía un argumento de fondo que transformara las estructuras sociales del país. Sin embargo, esto no era lo único ya que cuando Victoriano Huerta tras asumir la presidencia y asesinar a Madero fue desconocido por Estados Unidos y con la toma de Veracruz por este ultimo México perdió las rentas de aduana, como broche de oro a la situación.

Pero, ahora agreguemos otra interrogante: ¿Cómo pueden evaluarse los resultados de la revolución? y ¿A qué tipo de revolución puede corresponder la experiencia mexicana?

Uno de los autores revisados para los fines de este trabajo (Francois Chevalier) sostiene que, la revolución mexicana trato, pues, de una revolución compleja, quizá menos marcada por ideas que por los impulsos de nuevas capas ascendentes”. Pero, no se queda tan solo con estos últimos preceptos, sino que establece, además el hecho de que Cárdenas rehusara perpetuarse en el poder, lo cual demostraba que la no reelección sería un elemento de importancia sustancial en el progreso y la vía democrática en México.

Francisco Mires, por su lado, propone, que la revolución mexicana corresponde a las revoluciones inconclusas, ya que a pesar de todo lo conseguido durante los años de lucha, el Estado paso a ser parte de algunos sectores que tomaron el control de éste, y no fueron precisamente los sectores campesinos e indígenas, sino que de algunas capas medias y de industriales que posteriormente formaran parte de una clase política encabezada por el PRI que es la institucionalización de la revolución que no incluye precisamente a los que derrocaron el régimen de Porfirio Díaz.

A su vez, Tulio Halperin, presenta una visión un tanto negativa de la situación, ya que sostiene que se termino por restaurar el porfiriato y se desarrolló una democracia disfrazada ya que si bien se mantuvo la estabilidad ya que ningún presidente fue asesinado tras el fin de la revolución, la existencia de un partido único no es precisamente el reflejo mas acertado de democracia.

En síntesis se puede desprender de lo extraído de los diferentes autores, que la revolución mexicana implicó dejar atrás el régimen porfirista para seguir viviendo la vida que llevaban las comunidades indígenas y campesinas hasta antes de la modernización instaurada por Díaz.

Por otra parte la revolución implicó que la sociedad mexicana cambiara cualitativamente ya que toda la sociedad en su conjunto se vio envuelta en el proceso social, de ahí se puede desprender el carácter social que adquirió, sin intereses de clase por parte de los campesinos que carecían de una ideología que por lo general tiende a asociarse a la izquierda.

Finalmente puede afirmarse que el grado de democracia alcanzado tras el gobierno de Cárdenas, si bien no representaba la llegada de la democracia plenamente, debe reconocerse que a pesar de haber instalado el PRI por mas de 70 años, ya no era común que se asesinaran o se destituyeran los presidentes tan fácilmente, así que el afirmar que si llegó la democracia no es tan fácil, pues la revolución quedo inconclusa e institucionalizada en un ente burocrático conocido como el PRI que dista mucho de las intenciones de la revolución y de lo que conocemos por democracia.