Antígona de Sófocles

A continuación veremos las principales características de Antígona.

Antecedentes generales.

Dentro de la literatura universal clásica uno de los subgéneros más destacados es la tragedia. Esta consiste en la lucha del héroe contra el destino que fue determinado por los dioses para él. Este desacato es el que desata la ira de los dioses y las represalias contra el héroe. En este marco, Antígona es considerada una de las tragedias más relevantes, escrita por Sófocles y representada por primera vez el año 442 a. C.

La trama.

El texto relata la historia de Antígona y su intento por enterrar a su hermano Polínices. Eteocles y Polínices eran hijos de Edipo y se disputaban permanentemente el reinado de su padre. Sin embargo, ambos mueren en batalla y Creonte, hermano de Edipo, se convierte en rey.

Es Creonte quien decide que Polínices es un traidor y que no recibirá los honores fúnebres, hecho que en la cosmovisión grecolatina implica que el alma del muerto queda vagando por la tierra y no descansa. Ante esto, en oposición a Creonte y a su hermana Ismene, Antígona decide enterrar a su hermano y el rey determina que por este desacato debe ser enterrada viva. Finalmente, Antígona para evitar este designio se ahorca. Revisemos algunas escenas relevantes del texto:

«Y ahora que solas nosotras dos quedamos, piensa que ignominioso fin tendremos si violamos lo prescrito y transgredimos la voluntad o el poder de los que mandan. No hay que olvidar que somos sólo dos mujeres, incapaces de luchar contra los hombres y que somos gobernadas por aquellos que son más fuertes, destinadas a obedecerlos en esta y todavía otras cuestiones más dolorosas»

En esta cita podemos ver el conflicto entre Antígona e Ismene frente a la decisión de la primera de enterrar a su hermano. Esta situación demuestra que Antígona decide ir en contra de los designios de los dioses, lo que desembocará en su trágico final.

«Antígona se lamentaba con una voz tan aguda como la del ave desolada que encuentra su nido vacío, despojado de sus polluelos. De este mismo modo, a la vista del cadáver desnudo, estalló en gemidos; exhaló sollozos y comenzó a proferir imprecaciones contra los autores de esa iniquidad. Con sus manos recogió enseguida polvo fresco y luego con una jarra de bronce bien cincelado, fue derramado sobre el difunto tres libaciones y cubrió el cadáver»

En este fragmento queda en evidencia el momento en el que Antígona entierra a su hermano y desacata a Creonte.

«Se debe obediencia a aquel a quien la ciudad colocó en el trono, tanto en las cosas grandes como en las pequeñas. No hay peste mayor que la desobediencia, ella devasta las ciudades, trastorna a las familias. En cambio, la obediencia es la salvación de los pueblos que se dejan guiar por ella. Es mejor, si es preciso, caer por la mano de un hombre, que oírse decir que hemos sido vencidos por una mujer»

Esta última cita manifiesta la lección que la tragedia pretende dejar a sus lectores y/o espectadores.