Bartolomé de las Casas

A continuación conocerás la biografía de Bartolomé de las Casas.

Antecedentes biográficos

Bartolomé de las Casas nace en Sevilla entre 1474 y 1484, y muere en Madrid en 1566. Se desempeñó como fraile, cronista, filósofo, teólogo y jurista, pero fue ampliamente conocido por sus crónicas en las que defendía a los indígenas americanos y que tenían por función denunciar el trato que recibían de los españoles durante la Conquista.

En su juventud estudió derecho canónico y estatal en la Universidad de Salamanca. Su deseo por participar de las expediciones a América se explica en gran medida porque su padre y abuelo habían formado parte de algunas de ellas. De hecho, una experiencia que marca a Bartolomé de las Casas es un regalo que le trae su padre de una de las expediciones: un indígena. El propósito era que lo sirviera, pero Bartolomé decide utilizarlo como objeto de estudio e indagar en su dimensión lingüística y religiosa.

Participación en las expediciones.

Si bien parte en expedición por primera vez en 1502, su permanencia en América se hace extensiva desde 1508 bajo la Orden de los Dominicos que lo lleva a asentarse en 1512 en Cuba. Durante su estadía fue reconocido en su rol evangelizador de los indígenas y mediador con ellos mientras avanzaba el proceso de conquista. Uno de los argumentos que esgrimía para explicar su defensa era que consideraba que los indios tenían uso de razón y bajo esa perspectiva debían estar al amparo del derecho natural que les garantizara la libertad y la posibilidad de nombrar a sus autoridades.

Por estos motivos, Bartolomé vivía en constante disputa con algunos de los encomenderos que maltratan a los indígenas. Una muestra de su consecuencia fue que en 1514 renuncia a las encomiendas, que era el grupo de indios que se asignaba a cada español para que fuera dirigido y controlado por el encomendero.

Los avances para los indígenas.

En 1540 viaja a España para pedirle al rey Carlos I que mejore la situación de los indios en América. Esto trae como consecuencia la promulgación de las «Leyes Nuevas» en 1542, en las que se consigna la prohibición de la esclavitud a los indios y la abolición de la figura de la encomienda.

El hito más importante en términos literarios, y que se relaciona con su rol de protector de los indios y de los derechos humanos en general, fue la redacción en 1542 de su obra más conocida, Brevísima relación de la destrucción de las Indias.

Bartolomé de las Casas regresa de manera definitiva a España en 1547 y muere en Madrid en 1566.

Por último, revisemos una cita de su paradigmático texto:

«Las gentes de todos aquellos vastísimos países son sencillas, sin inequidad, ni doblez, obedientes y fieles a sus señores naturales y a los cristiano a quienes sirven, pacientes, pacíficas, quietas y no rencillosas, ni alborotadoras, no querellosas, , ni rencorosas, sin odios ni deseos de venganza.

Su complexión es delicada, tierna, flaca y débil; por lo que no pueden sufrir trabajos grandes . Aun los hijos de los labradores son menos robustos que los europeos hijos de príncipes criados con lujo y regalo, por eso resisten mucho menos las enfermedades.

Son pobres, pero contentos con su pobreza sin voluntad de poseer bienes temporales y por lo mismos humildes, exentos de orgullo , ambición y codicia (…)

Su entendimiento es vivo , listo y sin preocupaciones , por lo que los indios son dóciles para recibir toda doctrina, capaces de comprenderla, dotados de buenas costumbres y aptísimos para recibir nuestra santa fe católica, tanto y más que cualquiera otra nación del mundo (…)

Los españoles trataron a estas mansísimas ovejas, y olvidándose de ser hombres, y ejerciendo la crueldad de lobos, de tigres y de leones hambrientos. De cuarenta años a esta parte, no han hecho ni hacen sino perseguirlas, oprimirla, destrozarlas y aniquilarlas por cuantas maneras conocían ya los hombres y por las nuevas que han inventado ellos.»