Contexto histórico de las obras dramáticas

El contexto histórico de las obras dramáticas y su impacto en la generación de formas dramáticas como el teatro isabelino. 

Las obras dramáticas a lo largo de su historia han mostrado cambios significativos, los cuales tienen directa relación con el contexto histórico en el que dichas obras han sido producidas. Te invitamos a comprender cómo el contexto histórico en el que se producen las obras dramáticas influye directamente en las formas y contenidos de la representación teatral.

 ¿Qué es un contexto histórico?

Muchas veces se asume que entendemos con claridad qué significa un contexto histórico, sin embargo se tiende a no definirlo con la precisión suficiente. Un contexto histórico consiste en todas las circunstancias sociales (sociedades en crisis, sociedades prósperas, tipos de relaciones que se dan entre las clases sociales, etc.), culturales (creencias comunes, costumbres y prácticas, rituales, formas de hablar compartidas, referentes artísticos, políticos, religiosos, etc.), políticas (situación política, inestabilidades, cambios de sistema de administración política, fuerzas en conflicto, etc.) y económicas (cómo se producen y reparten los bienes y mercancías en una sociedad) que constituyen una época histórica. Generalmente, cuando hablamos de obras dramáticas a este contexto histórico se le conoce como contexto de producción.

La obra dramática y su contexto de producción

Todo dramaturgo o escritor se encuentra inserto en un momento histórico, el cual influye en sus formas de representar. El género dramático en particular tiene directa relación con el mundo social de su época, puesto que al ser los personajes quienes fundamentalmente presentan la historia – ya que no cuenta con la presencia de un narrador que guíe el relato como en el género narrativo- los tipos humanos que aparecen en las obras dramáticas y las relaciones entre ellos tienen mucho que ver con las circunstancias históricas que vive el autor. contextohistórico_figura1

Atención: Esto no significa que la obra dramática sea un reflejo de su época, menos una imitación de lo que sucede en su sociedad. La relación entre contexto de producción y género dramático implica más bien una influencia, en tanto que el dramaturgo escribe desde el contexto que le es conocido. Por lo tanto, las formas de hablar, las ideas, los tipos de personajes que utilice e incluso los temas serán elaborados desde lo que el dramaturgo o la dramaturga han experimentado de su época y de su diálogo con otras obras y contextos históricos previos.

Ejemplo

A continuación, te presentamos un ejemplo representativo de la relación entre el contexto histórico de producción y la obra dramática:

Teatro Isabelino (1558-1625)

Se le conoce así porque mientras se escribieron las obras dramáticas pertenecientes a este tipo de teatro, la reina Isabel I de Inglaterra gobernaba sobre Gran Bretaña. Durante su reinado Inglaterra fue rápidamente modernizada, lo que significó que nuevas ideas científicas, como las de Copérnico, cambiaran la forma de pensar la geografía, permitiendo así viajes de exploración a nuevas tierra (como es el caso de América) y  en consecuencia la vida social ya no giraba en torno a los temas religiosos, sino a los progresos que realizaba el ser humano. Por esta razón, las obras que se escribieron durante esta época se centraban en el papel protagónico que asumió el ser humano como conquistador de nuevas tierras y creador de nuevas tecnologías que permitían el progreso industrial, político y económico. Un autor representativo de esta época es William Shakespeare, quien se preocupó profundamente por los dramas humanos sobre la libertad de elección que trajo consigo esta nueva época antropocéntrica. Te invitamos a revisar algunas de sus obras como «La tempestad», «Macbeth» y «Hamlet», entre otras.

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