El relato onírico

A continuación podrás comprender cómo funciona un relato onírico y conocerás sus características principales. Finalmente, aprenderás a escribir en tan sólo 4 pasos tu propio relato onírico.

¿Qué es un relato onírico?

Para que puedas comprender qué es un relato onírico, primero debes recordar que un mundo literario son las leyes que imperan en la lógica de tu relato, representando un tipo de realidad determinada. El mundo onírico está relacionado con los sueños, abandonando por completo las lógicas que imperan en nuestra realidad. La mayoría de las cosas que suceden en un mundo onírico son confusas, extrañas y pueden ser una alteración de la realidad, desde la alteración de las leyes físicas hasta la afección de la personalidad de los personajes que conoce en la realidad quien está soñando. Siempre al final del texto, el personaje que está soñando despierta.

Características del relato onírico

1.      Se altera la lógica del mundo, todo es extraño o confuso y el protagonista lo sabe.

2.      Puedes comenzar desde el comienzo (ab ovo) o desde el medio (in media res), no así desde el final (in extrema res), cuando comprendemos que el personaje estaba soñando. Muchos relatos oníricos son interesantes porque el lector desconoce si se trata de un sueño o la realidad del personaje.

3.      Los personajes que el protagonista encontrará en el mundo onírico puede ser una versión alterada de los personajes que se encuentran en su propia realidad.

¿Cómo hacer un relato onírico en 4 pasos?

A continuación encontrarás una manera apropiada para construir tu propio relato onírico en 4 pasos. Te recomendamos que seas riguroso siguiendo las instrucciones y que no pierdas de vista la estructura de tu texto, pues allí está la clave de un buen relato onírico.

1. Antes de comenzar, busca un lugar apropiado para trabajar y pregúntate por qué haz optado por este mundo literario. Recuerda que hay ciertas leyes que imperan en cada mundo y que esa lógica (o ilógica) debe ser vivida por todos tus personajes. ¿Por qué escogí el mundo onírico para mi relato? El absurdo se puede colar sin problemas en este tipo de mundo, es el mundo de los sueños, donde literalmente todo es posible. Tienes una gran ventaja como autor de un relato onírico, pues puedes solucionar cualquier desastre que ocasiones haciendo que tu personaje despierte al final del texto.

2. Lo segundo que debes preguntarte es qué tiempo narrativo escogerás, ¿por dónde comenzaré a contar mi historia? Recuerda que todo relato debe tener un correcto manejo de la tensión, por lo tanto en el relato onírico no es recomendable que comiences del final, pues mucha de la tensión del relato onírico se sustenta en no saber realmente si se trata de un sueño de la realidad del personaje. Comienza a narrar desde el medio del relato y luego retorna al comienzo (In Media Res) o bien, comienza a narrar desde el inicio y no permitas que el lector comprenda en qué momento el personaje ha comenzado a soñar. En “Alicia en el país de las maravillas”, Lewis Carroll nunca nos dice cuando Alicia comienza a soñar, solo sucede.

3. Lo tercero es crear. Éste es tu momento de creatividad máxima. ¿Con qué se encontrará tu personaje? Construye una historia donde tu personaje o tus personajes deban enfrentarse a personajes y situaciones ilógicas, absurdas o extrañas que no tengan ninguna explicación. Cuando llegues a la máxima tensión, entonces haz que tu personaje despierte. Podrías hacer que esos personajes que encuentren en sus sueños tengan alguna similitud o familiaridad con la realidad de tu personaje. En “El Mago de Oz”, el hombre de hojalata, el león e incluso la bruja del Oeste, eran una alteración de la realidad de Dorothy.

4. Finalmente, nunca olvides que tu personaje debe despertar. No importa cuántos personajes aparezcan en el relato, siempre el protagonista debe despertar y demostrarle al lector que se trataba solamente de un sueño. Si eso no sucede, entonces se trataría de cualquier otro tipo de mundo. El despertar de un sueño marca la diferencia con cualquier otro tipo de mundo literario.