Literatura Hispanoamericana Colonial

A continuación conocerás las principales características de la literatura hispanoamericana colonial.

Contexto histórico.

Este tipo de literatura surge en Latinoamérica tras la llegada de los españoles a nuestro continente en el siglo XV. En términos históricos se caracteriza por la conquista de diversos territorios y el adoctrinamiento de los indígenas por parte de sus conquistadores. Por lo tanto, estamos hablando de un período en el que existían fuertes diferencias jerárquicas entre los foráneos y los nativos.

Contexto cultural.

En lo que respecta a la cosmovisión de la época, podemos decir que estaba marcada fundamentalmente por la mirada española. En ese sentido, se esperaba que los indígenas americanos tuvieran comportamientos similares a los de los peninsulares y de no ser así eran castigados. Además, los españoles comparaban la realidad americana con la propia e intentaban asemejarla, situación que traía permanentes conflictos entre ambos grupos.

Otra problemática relevante de este período es el exarcebado fervor religioso vinculado a la Iglesia Católica y al cristianismo. De hecho, la mayoría de las empresas conquistadoras traían entre sus filas a sacerdotes de diversas órdenes para realizar el adoctrinamiento ideológico y religioso a los nativos.

Contexto literario.

En el caso de los autores de esta época es importante mencionar que debían cumplir con una duplicidad de roles, ya que por una parte, eran soldados que llegaban a América en misiones de Conquista, pero a la vez, debían dejar por escrito la experiencia de su viaje para ser entregada al Rey. De esta forma se explica que la mayoría de ellos haya dejado textos narrando las vicisitudes de sus periplos. En estos documentos, que comenzaron teniendo un carácter legal, pero que posteriormente fueron leídos como literatura, se advierten temáticas recurrentes como: la comparación entre Europa y América, la descripción de elementos nuevos a semejanza de los europeos, una visión desmejorada de los indígenas, la identificación de los nativos con lo bárbaro o no civilizado, una preocupación constante por las riquezas materiales de los diferentes territorios, entre otros.

Sin embargo, entre los sacerdotes que llegaron al continente, algunos de ellos especialmente de la Orden jesuita, valoraron la forma de vida de los indígenas e incluso salieron en su defensa ante los soldados españoles. El ejemplo más paradigmático de esta situación lo representa Fray Bartolomé de las Casas, quien en su texto Brevísima relación de la destrucción de las Indias ensalza y halaga a los nativos atendiendo a sus diferencias con los españoles, siendo la fundamental su poca preocupación por lo material.

Por último, revisemos algunas características de la literatura de este período:

  1. La mayoría de los textos fueron escritos con la estructura de crónicas, forma literaria que llegó a ser considerada un subgénero literario. La crónica consistía en una extensa carta que el conquistador le remitía al Rey en la que contaba lo bueno y lo malo de la experiencia en el nuevo territorio conquistado. Se cree que las posteriores decisiones de avance de la empresa conquistadora tenían en cuenta estos informes.
  2. Los recursos literarios más frecuentes en estos textos eran la comparación y la hipérbole. El primero de ellos se explica por el afán español de contrastar la realidad del Nuevo Mundo con la europea, situación que los llevaba a describir cosas que no habían visto nunca antes por similitud con algún elemento peninsular. Mientras la hipérbole caracterizada por la exageración, se presentaba en las descripciones de la naturaleza que era vista como abundante e incluso llegó a construir el tópico de la naturaleza como una especie de Edén.
  3. Si bien estos textos portaron un carácter gubernamental en tanto remitían al gobierno de un rey, e histórico por ser representaciones de una época, posteriormente fueron leídos como literatura. Este fenómeno se explica no sólo por el uso de figuras retóricas y formas básicas como la narración, sino que también por el componente ficticio que se advirtió en ellos, en la medida que los escritores-soldados recreaban desde su subjetividad los hechos históricos acontecidos.