Literatura Hispanoamericana Contemporánea

A continuación conocerás las principales características de la literatura hispanoamericana contemporánea.

Antecedentes generales

En términos históricos el período contemporáneo coincide con el final de la Primera Guerra Mundial y con la aparición de las vanguardias. Esta situación explica la proliferación de diversos recursos estilísticos, especialmente en la narrativa. No obstante, son transversales al menos cuatro fenómenos:

  1. Los escritores hispanoamericanos alcanzan fama mundial en el contexto de lo que se denominó como el «boom latinoamericano».
  2. El autor de esta época es cosmopolita en tanto son sujetos que viajan y conocen lugares foráneos, a pesar que sus obras se refieren a temas locales en su mayoría.
  3. Las obras literarias de este período abordan temas, motivos y personajes hispanoamericanos de proyección universal.
  4. Se da una supremacía del inconsciente como vía de conocimiento del ser humano.

Algunas obras representativas de esta época son:

  • Rayuela de Julio Cortázar.
  • Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa.
  • Pedro Páramo de Juan Rulfo.
  • Aura de Carlos Fuentes.
  • Este domingo de José Donoso.
  • El túnel de Ernesto Sábato.

El Realismo Mágico

Se desarrolló fuertemente entre la década de los 60 y 70, debido a las discrepancias que se vivían en Hispanoamérica en esos años, especialmente entre una cultura de la tecnología y una de la superstición. Además surgió como reacción a los diversos regímenes dictatoriales del período. A continuación revisemos sus principales características:

  1. Funde la realidad con la fantasía sin provocar un choque entre ambas.
  2. Se crean mundos maravillosos o míticos.
  3. Se yuxtaponen pasajes de gran realismo con situaciones completamente fantásticas, sin que se produzca una escisión en la obra.

Los textos paradigmáticos de este período son:

  • Los pasos perdidosViaje a la semilla de Alejo Carpentier.
  • El Señor Presidente de Miguel Ángel Asturias.
  • Cien años de soledad  de Gabriel García Márquez.

Para finalizar, revisemos un fragmento de esta última obra:

«Una noche en que no podía dormir, Úrsula salió a tomar agua al patio y vio al difunto Prudencio Aguilar junto a la tinaja. Estaba lívido, con una expresión muy triste, tratando de cegar con un tampón de espanto el hueco de su garganta (…) Una noche en que lo encontró lavándose las heridas en su propio cuarto, José Arcadio Buendía no pudo resistir más. – Está bien, Prudencio – le dijo -. Nos iremos de este pueblo, lo más lejos que podamos, y no regresaremos jamás. Ahora vete tranquilo.

Pero en realidad la única persona con la que él podía tener contacto desde hacía mucho tiempo, era Prudencio Aguilar»