«Don Guillermo» de José Victorino Lastarria.

Te invitamos a conocer detalles de esta importante obra perteneciente al período de consolidación de la literatura chilena del siglo XIX.

«Don Guillermo» de José Victorino Lastarria es una de las primeras novelas chilenas, publicada en el año 1842 y quizás es también una de las novelas más olvidadas dentro de la historia de la literatura chilena. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que esta novela es una aventura con tintes fantásticos, protagonizada por Don Guillermo Livingston, ciudadano inglés, quien constantemente realizaba viajes entre Santiago y Valparaíso y que se encuentra por suerte con una cueva llamada la «Cueva del Espelunco». En este punto hay que poner atención, ya que hay que descubrir el anagrama que Lastarria propone. El nombre de la cueva tiene que ver con el concepto de «pelucones», término que se daba de manera despectiva y burlesca a los miembros del Partido Conservador de aquella época. Esta cueva se encuentra en Valparaíso y Don Guillermo llega hasta ahí  para enfrentar a cuatro monstruos horribles: Mentira, Ignorancia, Fanatismo y Ambición, los cuales tienen sumidos en la falta de libertad a los pobres habitantes de aquella abismal y sórdida república.

El pensamiento político de Lastarria

Esta aventura de tintes fantásticos no es inocente, ya que esta novela no es solo la primera novela fantástica chilena, sino que también es un escrito con claros tintes de crítica hacia los diferentes partidos políticos de la época. La principal crítica que plantea es que la cueva  Espelunco representa  la oposición entre un mundo subterráneo y demoníaco, que se identifica con el pasado y la colonia. Esta es un crítica directa al partido conservador, quienes seguían esta arista política y pensaban que aún el gobierno colonial servía en el naciente Chile de aquella época. El otro mundo, el de la superficie, es un mundo racional, claro y moderno, que es la  nueva Patria Transparente que se habrá de fundar luego de vencer a los monstruos retrógrados y antiguos que vivía y gobernaban en dicha cueva. Dentro de la cueva, también, podemos encontrar una clara referencia a muchos mitos y leyendas mapuches, como por ejemplo el «invunche». Este mito nos dice que este personaje mapuche era el encargado de cuidar la cueva de los brujos y que era el encargado de salir a cazar niños para convertirlos en más guardianes. Don Guillermo, en su viaje, observa muchos de estos niños en estas cuevas, a los cuales se les cocía la boca y se les quebraba la espalda y las piernas, para que tuviesen un aspecto grotesco y asustaran a quienes osaran a entrar a dichas cuevas.

Todo lo anterior se mezcla con el ferviente pensamiento político de Lastarria. El hecho de que sea un inglés que salve a esta república tampoco es inocente. Lastarria creía en una sociedad iluminada y con un conocimiento que viniese desde Europa, una renovación tanto social como cultural, sin dejar de lado la propia identidad americana y chilena. En definitiva, estamos frente a un alegoría socio-política, la cual causó revuelo en su época, pero que no ha sido estudiada ni tomada en cuenta en nuestros días. También debemos considerar la evidente comparación que hace Lastarria con «La Alegoría de la caverna», de Platón. Por lo tanto, es necesario una nueva revisión y un nuevo análisis de ésta interesante novela, teniendo en cuenta el contexto en que fue escrita.

Para finalizar, te dejamos con un extracto de éste interesante relato:

«Aquellos monstruos que encanta y aprisionan la libertad, no son sino una alegoría de la verdad. Esos monstruos existen en la sociedad misma, porque en ella está la ignorancia, la mentira, el fanatismo y la ambición. ¿No vista ya la ambición entronizada, trabajando para sostener su imperio? ¿No viste ya la mentira infiltrada en la sociedad y en la prensa? Ve ahora la ignorancia encarnada en el pueblo mismo. Observa y la verás entrelazada en todas partes con el fanatismo y la ambición»