Dentro de la poesía del tipo verbal, podemos encontrar al romance como uno de sus representantes. En el siguiente artículo se profundiza en este elemento poético, desde su definición, origen y la presentación de algunos ejemplos.
Es una estrofa compuesta por un número indefinido de versos octosílabos, con rima asonante en los versos pares.
El origen del romance parte de la oralidad, donde las historias cantadas dan forma a esta estrofa que deriva de la narración de los antiguos Cantares de Gesta, que contaban largas historias sobre un héroe; con el tiempo esas historias se fueron acortando, dando vida a composiciones breves y desligadas entre sí. La gente ya no quería escuchar toda la vida del personaje, sino aquellos episodios más significativos, y para ello se requería una forma más dinámica, dando origen así al romance. Este tipo de narraciones se popularizaron durante el siglo XV y se recogieron y capitularon en libros llamados “Romanceros”.
Generalmente se establecen dos grandes tipos de romances: los romances históricos o viejos y los romances artísticos o nuevos.
Romance de la Luna, Luna
Federico García Lorca (español, 1989 – 1936)
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
mi blancor almidonado.El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.