Los compuestos iónicos son aquellos que tienen un aspecto cristalino debido a su ordenamiento interno. Veamos la teoría y las propiedades del enlace iónico, fenómeno químico que describe la unión entre los átomos que forman estos compuestos.
El enlace iónico es una fuerza de atracción de tipo electrostática establecida entre iones positivos y negativos derivados de un átomo que ha perdido o ganado electrones, respectivamente. Un enlace iónico se produce:
Como regla general, la composición de una gran variedad de compuestos iónicos es resultado de la combinación de un metal perteneciente al grupo 1A o 2A de la tabla periódica con un halógeno perteneciente al grupo 7A o el Oxigeno. Por ejemplo, la reacción que se genera entre el Litio (Li), elemento del grupo 2A y el Flúor (F), elemento del grupo 7A da por resultado un polvo blanco venenoso llamado Fluoruro de Litio (LiF) usado para disminuir el punto de fusión de la soldadura y en la fabricación de cerámica.
Para ver esto de una manera más grafica podemos imaginar que esta reacción ocurre en dos pasos.
Primero se ioniza el litio, perdiendo un electrón y transformándose en un catión:
Li → Li+ + e–
En seguida se ioniza el flúor, ganando un electrón y transformándose en un anión:
F + e– → F–
A continuación ambos iones con cargas opuestas se enlazan formando el compuesto iónico:
Li+ + F– → LiF
El enlace iónico en el LiF es la atracción electrostática entre el ion litio con carga positiva y el ion fluoruro con carga negativa. Nótese que el compuesto iónico final es eléctricamente neutro.
La red cristalina es el resultado de la formación de un compuesto iónico puesto que cada ion se rodea del mayor número posible de iones del signo contrario, formando una estructura ordenada que se extiende en todas direcciones. La distribución de los iones dentro de esta red sigue una lógica muy simple, los iones se ubican de tal forma en que las fuerzas repulsivas sean mínimas y las fuerzas atractivas sean máximas.
Propiedades de los compuestos iónicos.