Sistema inmune e inmunidad

Conoce las características organizativas, estructuras y órganos que forman parte del encargado de defendernos frente a patógenos: el sistema inmune.

El entorno que nos rodea no es un ambiente inocuo, sino que está rodeado de agentes de diversos tipos (bacterias, virus, hongos, protozoos, priones) que actúan sobre la estabilidad y salud de los organismos.

De manera general, estos son denominados agentes patógenos y cada uno de ellos posee mecanismos especializados para invadir e infectar a los organismos que por lo general, parasitan. Pero nuestro organismo no se encuentra a merced de los patógenos, sino que la historia evolutiva ha desarrollado diversas estrategias de defensa que han evolucionado en los grupos de organismos desde los más simples a los más complejos y cuyas estructuras se agrupan en lo que es el sistema inmune.

Los agentes patógenos actúan como una de las tantas presiones selectivas del entorno, debiendo los organismos responder a estas presiones desarrollando en el tiempo evolutivo estrategias de defensa inmunitaria. En el ser humano el sistema inmune está formado por estructuras altamente especializadas, las que están dadas por acción celular y humoral (proteínas, factores, secreciones), siendo generadas en órganos inmunes. Antes de analizar estas estructuras y su accionar, es necesario determinar cierta terminología básica usada en inmunología, la ciencia que estudia el sistema inmune y su funcionamiento.

A su vez, la inmunidad estará dada por una impronta innata (con la que se nace) y una porción que debe ir formándose en la medida que se está en contacto con los agentes patógenos (adaptativa o adquirida):

Inmunidad Innata

Inmunidad adaptativa

Se nace con ella.

Se adquiere a lo largo de la vida.

Involucra barreras físicas (piel, mucosas) y químicas (pH, secreciones), células y proteínas.

Involucra células específicas.

Es inespecífica.

Es específica y genera memoria inmune.

Involucra las 1° y 2° líneas de defensa.

Involucra la 3° línea de defensa.

Líneas de defensa.

El sistema inmune estará jerarquizado en líneas de defensa, las que son:

  • Primera línea de defensa: está constituida por barreras físicas y químicas, entre las que se encuentran la piel y enzimas de su superficie, mucosas y cebo, pH, lágrimas, saliva, jugos gástricos. En general estas poseen acción inespecífica, actuando sobre cualquier patógeno.
  • Segunda línea de defensa: está constituida por células de acción inespecífica, en las que destacan los macrófagos, polimorfonucleares (PMN) y células citotóxicas natural killers (NK). Estas se activan en respuesta a patógenos que han sobrepasado la primera línea de defensa y que han invadido tejidos como la sangre, órganos e intersticios. Junto a proteínas de acción inespecífica (sistema del complemento), median la fagocitosis y la respuesta inflamatoria. Para que ocurra fagocitosis por acción de macrófagos, los patógenos son rodeados de una proteína del complemento llamada c3b, en un proceso llamado opsonización. Para que los macrófagos y la c3b lleguen al lugar donde está ocurriendo la infección, el complemento media la respuesta inflamatoria provocando hinchazón, aumento de temperatura y entumecimiento, señales que son detectadas por los macrófagos, los que acuden al lugar por quimiotaxis (atracción química).
  • Tercera línea de defensa: está coordinada por un tipo celular llamado linfocitos, los cuales son de 2 tipos: T y B, ambos de acción específica. En la medida que el organismo entra en contacto con diversos patógenos, este genera memoria inmune, creando una reserva de linfocitos especializados en el reconocimiento y eliminación de estos en caso de una reinfección, actuando con mayor rapidez que en el primer evento. Se ha comprobado que en una región del cromosoma 6 humano existen genes relacionados con la expresión de los linfocitos T y B y la tercera línea de defensa, llamado Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CMH). Mutaciones en este cromosoma alteran significativamente la respuesta inmune. El reconocimiento de patógenos específicos ocurre mediante la captación de estructuras específicas que estos poseen (flagelos, cilios, proteínas de membrana), los que son llamados antígenos, cada uno de ellos específico para cada patógeno, formados por proteínas especiales llamadas inmunoglobulinas (Ig). Cada linfocito B reconoce estos antígenos por medio de estructuras específicas en su membrana llamadas anticuerpos. El reconocimiento es mediado por linfocitos T helpers y linfocitos T citotóxicos.

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sistema inmune2

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