La Reconquista

Entre 1814 y 1817 se restauró en Chile el control español. Una fuerte represión deshizo las realizaciones del gobierno de Carrera. Hubo detenciones arbitrarias, exilio y fusilamientos

Mariano Osorio, el inicio de la Reconquista.

Después de la batalla de Rancagua el 1 y 2 de octubre de 1814 las tropas patriotas, con sus líderes José Miguel Carrera y Bernardo O’Higgins huyeron tras la cordillera con rumbo a Argentina.  El triunfo en batalla había sido logrado por el general Mariano Osorio, un prestigioso militar que había vencido en la guerra contra Napoleón en Europa. Actuó como gobernador por el periodo de un año. En Chile se quedaron los intelectuales que habían participado en el Instituto y Biblioteca Nacional y los hombres y mujeres que habían apoyado la causa patriótica. La represión española en contra de ellos fue tan grave que cada día más chilenos se fueron adhiriendo a la causa patriótica que buscaba la independencia. Durante su mandato restableció el Tribunal de la Real Audiencia y a la Universidad de San Felipe le restituyó su adjetivo de «Real». Hubo Tribunales de Vindicación, destinados a enjuiciar a los colaboradores con el gobierno de Carrera. Si la falta era leve debía pagar una multa. Pero los casos más graves significaron fusilamientos y como le ocurrió a más de cien patriotas, ser exiliados a la isla «Más a Tierra», actual «Robinson Crusoe», lugar en el cual nadie vivía antes de ellos, por lo que debieron sobrevivir en cavernas. Todas las reformas hechas entre 1810 y 1814 fueron declaradas nulas; entre ellas la libertad del vientre, en que el hijo de la esclava era libre, volviéndose a la plena esclavitud negra. Como fuerza represiva Osorio utilizaba al Real Regimiento Talavera de la Reina, a cargo del capitán Vicente San Bruno, cuyas acciones incluyen la matanza de presos en la cárcel de Santiago en enero de 1815.

General Francisco Casimiro Marcó del Pont.

En 1815 Francisco Casimiro Marcó del Pont reemplazó a Osorio en el cargo de gobernador de Chile. Su misión era reconciliar a la Corona con la sociedad chilena. Tenía órdenes de organizar actividades pomposas, terminar con el régimen de terror que se había establecido en Chile. Marcó del Pont usaba ropa de civil, a pesar haber sido casi toda su vida un militar y su estilo era muy elegante, quizás demasiado para la lejana ciudad de Santiago, en que la fina moda europea era cosa desconocida. Hizo algunas actividades de reconciliación pero no sirvieron, pues, la desconfianza hacia España ya era demasiado grande. Por otra parte se organizaban guerrillas de montoneras, es decir ataques sorpresa de grandes bandas sobre grupos de soldados realistas (que en general no eran españoles si no que peruanos). Estos ataques eran hechos por bandas de delincuentes rurales y por personajes como Manuel Rodríguez. El gobernador Marcó del Pont debió establecer un toque de queda y un control de armas, manteniendo al capitán Vicente San Bruno como su hombre de confianza en la represión armada.

Regreso a la Independencia.

El 12 de febrero de 1817 las tropas del Ejército Libertador de los Andes, una alianza chileno-argentina, triunfa cerca de Santiago sobre las tropas realistas. Tras éste ataque, el gobernador Marcó del Pont decide huir, pero es tomado prisionero. Debió entregar su espada al general argentino José de San Martin. Llevado Marcó del Pont a Argentina, morirá en Luján en 1819. En Santiago se estableció un gobierno a cargo de Bernardo  O’Higgins. En cuanto al capitán Vicente San Bruno, fue fusilado el 12 de abril de 1817.