Protestas contra Allende

Durante 1972 y 1973 las protestas contra Allende se hicieron de forma habitual. Paralización de profesionales, camioneros y verdaderas batallas en las calles caracterizan el período.

Las protestas contra un gobierno son normales en Chile. Cada sector que se siente desfavorecido marcha para ser escuchado y para cambiar las cosas. Sin embargo, entre 1972 y 1973 la violencia e intransigencia de los manifestantes en  contra del gobierno de Allende tuvieron un nivel nunca igualado en las décadas siguientes.

Polarización del país

El sector de centro político, la democraciacristiana, se había aliado a la derecha, específicamente al Partido Nacional para hacer acusaciones constitucionales a los Ministros del gobierno, e incluso al mismo Presidente Allende. El fundamento de las acusaciones era el proteger las acciones de los grupos de extrema izquierda, como el MIR, en las tomas de fábricas y de tierras que no habían sido reasignadas por la ley de reforma agraria. Por otra parte la derecha no se quedaba atrás con su extremismo, a través de las acciones de sabotaje de líneas eléctricas, ferrocarriles y gaseoductos, perpetradas por el grupo Patria y Libertad, el mismo involucrado en el asesinato de Schneider.

Las protestas

Los cacerolazos

Una muy original forma de protestar, usada hoy en día en varios países, fue el marchar haciendo ruido con el golpetaer de ollas. Eran mujeres de clase media alta, que crearon el movimiento anticomunista llamado «Poder Femenino».  El 1 de diciembre de 1971 hicieron su primera marcha. El concepto era que no había comida para llenar las ollas por culpa de la política económica de Salvador Allende. Aunque participó gente de todas las comunas de Santiago, la mayoría era de los sectores de clase media alta. Posteriormente, dada la violencia de las protestas callejeras en enfrentamientos con grupos partidarios del gobierno, las marchas del «poder femenino» se enfocaron hacía las casas de los generales de ejército, a quienes trataban de cobardes por no intervenir contra Allende. Y los cacerolazos se hacían al atardecer desde sus mismos hogares.

La prensa

De los doce diarios que circulaban en la capital Santiago había al menos seis con un clara tendencia anti-gobierno. En sus portadas, editoriales y hasta en las páginas policiales se atacaba duramente al gobierno por cualquier cosa que hiciera o dejara de hacer. Los diarios opositores eran : «El Mercurio», «La Segunda», «Las Últimas Noticias», «La Prensa», «La Tarde» y «Tribuna». En contraposición los diarios que solo hablaban bien del gobierno eran: «La Nación», «Las Noticias de Última Hora», «El Puro Chile», «El Clarin» y «El Siglo». El único parcialmente neutral, más preocupado de las noticias de espectáculo y deportivas, era «La Tercera de la Hora». En las radioemisoras la confrontación era parecida. Pero destacaba como opositora al gobierno Radio Agricultura. Y en la televisión, el gobierno controlaba Televisión Nacional de Chile; pero el Canal 13 era un fuerte opositor, dirigido por el sacerdote Raúl Hasbún. También opositor era el canal 6 de la Universidad de Chile. Su existencia se debía a que la señal oficial de la Universidad, el canal 9, tenía un departamento de prensa abiertamente partidario del gobierno. El rector de la universidad decidió despedir a los periodistas comunistas, pero los trabajadores se tomaron el canal 9, continuando su funcionamiento normal. Pero los que apoyaban al rector sacaron al aire una segunda señal, canal 6. Este emisora continuó operando hasta poco antes del golpe de Estado.

Empresariado

Debido a la creciente estatización era lógico que el más grande opositor al gobierno fuera el empresariado. Ellos usaron como bandera de lucha a la empresa del expresidente Jorge Alessandri Rodriguez llamada Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones. El argumento era que si el Estado controlaba el papel, no habría libertad de prensa, y por lo tanto ninguna crítica al gobierno.

Paro de octubre

Los pequeños empresarios, como los camioneros, también temían una estización. Más que perder su fuente de trabajo, los camioneros temían perder su forma de vida, independiente, libre por las carreteras. Una gran paralización se realizó en octubre de 1972, en que la mayoría de los camioneros adhirió. El país sufrió como consecuencia un fuerte desabastecimiento. La protesta incluyó también a los gremios de profesionales de clase media, tales como los ingenieros, abogados, odontólogos, médicos y profesores. Estudiantes universitarios y secundarios, de tendencia no allendista, también se sumaron a estas paralizaciones. La protesta fue concretizada en el «Pliego de Chile».

Pliego de Chile

Una serie de organizaciones contrarias al gobierno de Allende firmaron el 22 de octubre de 1972 las exigencias para dar término al paro nacional que afectaba al país. Entre éstas estaban la Confederación de la Producción y del Comercio, la Federación de Nacional de Choferes de Taxis, la Confederación de Nacional de Dueños de Camiones, la Sociedad de Fomento Fabril, la Asociación de Radiodifusoras de Chile y varias otras. Las exigencias eran el respeto a las libertades y derechos gremiales, el regreso del derecho de información y expresión, que los cambios fueran dentro de ley y con una verdadera participación, seguridad en los lugares de trabajo y el término de la violencia, libertad para ingresar y salir del país, fin del control político, no estatización de la papelera y varias otras de menor masividad.