El Virreinato de Nueva España

Tras la caída de Tenochtitlán los españoles instauran el Virreinato de Nueva España sobre los territorios dominados.

El triunfo de las huestes de Hernán Cortés sobre el Imperio Azteca marcó el comienzo del dominio español en territorio mesoamericano instaurando el Virreinato de Nueva España, tras lo cual, se inició un proceso de colonización que intentó extinguir los vestigios nativos imponiendo la cultura europea.

Surgimiento de Nueva España

Tras la Conquista de Tenochtitlán, los españoles fundaron una nueva ciudad con características europeas. Esta urbe recibió el nombre de Ciudad de México y se transformaría en la capital del nuevo Virreinato de Nueva España.

En el primer proceso de colonización, los españoles se centraron en someter a los diferentes pueblos mesoamericanos habitantes de este territorio y en ejecutar un plan de europeización en donde instalaron diversas instituciones políticas europeas como la los  ayuntamientos o las encomiendas, y se aplicó un activo proceso de evangelización, todo lo anterior con el fin de asegurar el poder español en estos territorios.

Mientras tanto, en su labor como Capitán General, Hernán Cortés se encargó de derribar y sofocar toda resistencia indígena y reemplazar el antiguo dominio azteca por el nuevo español. Una vez constituidos estos territorios en un virreinato, la Corona Española decidió designar como virrey a Antonio de Mendoza en el año 1536.

Impacto en la población

Tras el arribo de los españoles, muchos de los pueblos originarios fueron considerablemente diezmados. Gran parte de ellos producto de los enfrentamientos armados derivados de la conquista, otros muchos perecieron a causa de enfermedades importadas desde el Viejo Continente como la tuberculosis o la viruela, así también, otra relevante causa fue el brutal sistema de trabajo impuesto a los indígenas que generó aún más, una importante disminución de la población nativa.

Asimismo, tras el asentamiento de los peninsulares en América se inició un proceso de mestizaje que mezcló a los dos grupos. Paulatinamente los mestizos se convirtieron en el grupo más numeroso de la región marcando culturalmente la composición del territorio americano, siendo un antecedente histórico que se transformó en parte de la identidad cultural de los habitantes de los territorios colonizados.

Aspectos Económicos

La economía del Virreinato se sostuvo desde sus inicios en la minería y el comercio, bases que sentaron el éxito económico que alcanzó en sus primeras fases la Corona Española.

Minería

Tras el arribo de los españoles, se descubrieron yacimientos mineros de cobre, plata, hierro y oro que se transformaron en el máximo interés de la Corona. Entre las principales minas del virreinato destacan las de Pachuca, Fresnillo, Zacatecas y Guanajuato.

Se edificaron ciudades mineras en torno a la explotación de estos minerales y muchos habitantes de la región llegaron a trabajar, con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. La actividad minera favoreció la activación de la actividad agrícola y ganadera que debió abastecer estas nuevas urbes.

En estas actividades económicas, la mano de obra empleada era principalmente indígena, que estaba sometida a un exigente régimen de explotación.

Gracias a las bulas papales de 1494, España tenía derechos sobre el suelo y subsuelo americano por lo que la Corona aplicó impuestos como el Quinto Real, que aumentaron las ganancias de este reinado.

Comercio

La corriente económica mercantilista, preponderante en este periodo histórico, ubicó a la minería como una actividad privilegiada sobre las otras.

El comercio, por otro lado, estaba regulado por la Casa de Contratación que tenía sede en Sevilla, que fue el ente regulador de todas las colonias españolas en  esta área. La Corona impusó un monopolio y una política proteccionista que acaparó la producción americana pero que perjudicó el desarrollo económico de este virreinato.

El proteccionismo derivó en actividades de piratería y contrabando llevado a cabo por comerciantes locales y por potencias extranjeras interesadas en expandir sus mercados.

Extensión geográfica

El Virreinato de Nueva España llegó a abarcar territorios que hoy corresponden a México, Las Antillas, Filipinas, América Central y una importante porción del actual Estados Unidos.