Cultura Cachapoyas

Conoce las principales características de la cultura Cachapoya en su dimensión política, económica, religiosa y artística

Esta cultura prehispánica, también conocida sachapcollas o collas selvícolas, habitó el norte de Perú, específicamente en los Andes Amazónicos cercana al río Marañon, uno de los principales afluentes del río Amazonas. Su desarrollo tuvo como centro el valle de Utcubamba,  entre los años 700 d.C al 1500 d.C

Organización Política

Al igual que otras culturas preincaicas su organización social era Teocratica, la cual se encontraba dirigida por una clase sacerdotal privilegiada. La diferencia radica en la conformación de reinos autónomos o provincias controladas por un curaca, donde pese a tener una cierta autonomía  entre ellos, mantenían elementos culturales en común como el idioma, la forma de edificar sus casas, destacadas por ser circulares con techo cónico y la religión. Además, en caso de agresión externa, todos los curacas se unían junto a su pueblo para luchar militarmente en contra del enemigo.

En 1470 esta cultura fue anexada al imperio Incaico, por el emperador Tupac Inca Yupanqui, quien al ver que no estaban unificados por un solo jefe, impuso un cacique principal en las provincias de Leymebamba y Cochabamba. Lo cual trajo consigo, cambios radicales en la vida de los cachapoyas, quienes en masa, fueron deportados a otras localidades del Tahuantinsuyo, en el caso de los hombres para ser utilizados en la mita y en el de las mujeres, por su incomparable belleza fueron ofrendadas a los dioses en rituales religiosos. “Según las crónicas relatadas por Pedro Cieza de León, los Chachapoyas eran los más blancos y agraciados de todos los habitantes del Perú”

También se habla del exterminio de la mayoría de esta cultura por parte del imperio Inca, al reprimir con la muerte a quienes se sublevaban a las ordenes del Sapa Inca. Pese a esta cruda represión, registros escritos nos hablan de la existencia de tres sublevaciones como mínimo.

Economía

Practicaron la agricultura de ají, algodón, coca y tubérculos, mediante el sistema de la roza, el cual consistía en la tala y quema de árboles de los bosques para construir terrazas de cultivos en la ladera de los cerros, por otra parte la ceniza era utilizada cómo abono. En la actualidad, aun es posible observar la alteración del paisaje original a partir de esta técnica de cultivo sobre todo en el área del río Utcubamba.

También practicaron el pastoreo y el comercio en menor escala.

Arquitectura

Como ya se señaló anteriormente, esta cultura se caracterizó por la edificación de casas de material sólido con forma circular en su base y con un techado cónico, ésta particularidad ha atraído el desarrollo de diversas investigaciones en los conjuntos arquitectónicos de Cuélap (Narváez 1996-97), Olán, Yálape, Purunllacta, (rebautizado por Savoy como «Gran Vilaya»), Pajatén (Bonavia 1968, Kauffmann Doig 1980, 1984,2000). Cuélap, se extiende por 600 metros en sueje longitudinal, está conformado por una plataforma construida sobre la cima de una elevada montaña. Los muros que la sostienen, levantados con piedras uniformes y careadas, se elevan hasta por 19 metros. La arquitectura Chachapoyas se caracteriza también, por exhibir dos formas de patrones funerarios: el mausoleo y el sarcófago, sepulcro unipersonal de aspecto humano.

Cerámica

No fueron destacados ceramista, al desarrollar una cerámica sólo con fines utilitarista, principalmente de color negro y marrón. Las técnicas de decoración empleadas fueron: aplicación,estampado, punteado y técnica incisa.

Religión

Eran politeístas, naturalista y creían en la existencia de una vida ultraterrenal después de la muerte. Cada provincia tenía sus propias deidades, aunque también existían adoraciones comunes como el culto al puma, la serpiente y el caimán. Cada uno de ellos tenía un símbolo que era representado por esta cultura, por ejemplo el Zig Zag era la serpiente y su función era la de proteger y fertilizar.

Paralelamente, cada familia tenía sus propias deidades o tótems. Lo cual, explicaría la profusión de representaciones que aparecen en los lugares de enterramiento y el extremo respeto por los difuntos para esta cultura, por muchos años se pensó erróneamente que desde siempre habían practicado la momificación, sin embargo, esto no fue así ya que estudios han revelado que sólo a partir de la influencia incaica se comenzó a realizar este tipo de técnica de conservación de cadáveres.